Silvia Giraudo: 'No va a haber una píldora mágica para bajar de peso'

Con una inconfundible tonada cordobesa, aunque vive en los Estados Unidos desde hace 33 años, la doctora Silvia Giraudo subraya que la fisiología de la alimentación es más compleja de lo que se creía hace unas décadas y que no hay respuestas sencillas sobre el efecto de las grasas en el organismo.Investigadora durante muchos años en los mecanismos de control del apetito y de la saciedad, la actual vicedecana de la Universidad de Georgia estuvo la semana última en Buenos Aires como coordinadora del comité científico del XIV Congreso Argentino de Obesidad y Trastornos Alimentarios, y fue la encargada de dar la conferencia de cierre. Su título: "La reivindicación de la manteca".-¿Se puede hablar de una adicción a los alimentos, como ocurre con el alcohol o el tabaco?-Hace unos ocho años estuve presente en una charla que dio el que luego sería surgeon general de los Estados Unidos [equivalente a nuestro ministro de Salud], que estuvo muy involucrado con la lucha contra el tabaquismo. Al finalizar, me acerqué y le dije: "¿Y a usted no le parece que la comida también es adictiva?". Él me contestó: "Eso hay que probarlo". Bueno, ahora está la prueba. Hoy sabemos que al comer funcionan los mismos circuitos que intervienen en las drogas, el sexo, el alcohol o el cigarrillo. Ciertos alimentos estimulan los mismos caminos de recompensa, producen la misma liberación de dopamina. Personas muy obesas entran en un ciclo de adicción, porque necesitan consumir más cada vez para tener el mismo efecto que la primera vez.-¿Cómo se explica, entonces, que todos estemos expuestos a la misma comida, pero que no todos seamos obesos?-En los Estados Unidos, el 66% de la población es obesa o tiene sobrepeso. Hay muchísima gente que es adicta a algunos comestibles. Si su dieta es saludable, es decir, si está compuesta mayormente de vegetales y proteínas, quizás no sea adictiva, pero allí la mayoría de los alimentos son procesados. Como dice mi colega Julio Montero, no son alimentos, sino "comestibles". También se piensa que hay personas que tienen menos receptores de la dopamina y pueden necesitar más estímulo [para sentir el mismo placer]. Lamentablemente, las compañías alimentarias norteamericanas tienen la fórmula secreta, la combinación de grasa y azúcar que provoca ese...

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