El Silicon Valley de las golosinas argentinas: los secretos de las marcas que pelean con las multinacionales

A contramano del proceso de concentración que viven la mayoría de las industrias de consumo masivo, el sector de las golosinas es uno de los pocos en los que las empresas medianas y pequeñas le encontraron la vuelta para sobrevivir y en muchos casos competir de igual a igual con las multinacionales.El negocio de las golosinas no pudo escapar a la crisis generalizada del consumo. De acuerdo con los datos de la consultora Scanntech, en el primer semestre del año las ventas de la categoría acumularon una caída del 8,5%, mientras que los precios en promedio registraron una suba interanual del 50 por ciento.La caída en la demanda además golpeó fuerte en las empresas del rubro. La más afectada fue la firma Suschen (Mielcita, Naranjú), radicada en la localidad de Rafael Castillo, partido de La Matanza, que hace unas semanas cerró sus puertas. En la lista también hay que incluir a Productos La Nirva (alfajores Grandote, La Recoleta), que pidió la apertura de su concurso preventivo, y a la marplatense Alfajores Balcarce, que solicitó un procedimiento preventivo de crisis.Sin embargo, también existen otras empresas, como Guaymallén, Vauquita, Fantoche o Pitusas, que pese a la crisis también les siguen presentando batalla a Mondelez y Arcor, los dos grandes jugadores del rubro. Estas pymes de las golosinas comparten varios puntos. En la mayoría de los casos se trata de empresas familiares, herederas del espíritu de los fundadores. El segundo punto es su preocupación por cuidar la esencia del producto, aun a costa de tener que sacrificar márgenes de rentabilidad.Como se enfrentan a rivales con mucho mayor presupuesto (y capacidad para invertir en publicidad), las pymes del rubro tienen claro la importancia de no perder nunca el posicionamiento de sus marcas, partiendo de la premisa de que parte de su suerte se juega en su capacidad para defender los nichos de productos en los que son más fuertes.Por último, y llamativamente, la mayoría de estas firmas comparten una misma ubicación. Apenas unas cuadras separan las fábricas y depósitos en el barrio de Mataderos, que por una combinación de factores geográficos, históricos y económicos (sigue siendo una zona relativamente barata de la Capital) ya se posicionó como una suerte de Silicon Valley de las golosinas.CachafazCachafaz es una marca emergente de la crisis de 2001. La empresa comenzó como un proyecto familiar y se hizo popular a partir del mito que comenzó a circular asociando a Cachafaz con un...

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