El silencio de la jefa alimenta la fantasía de la rebeldía

Más que ganar el debate público o convencer al resto del Gobierno, Roberto Feletti quiso quedarse con la última palabra. No volvió a hablar del tema ni le contestó a Kulfas, pero repitió sus argumentos en un tuit. El ministro de Desarrollo Productivo, su jefe en el organigrama, lo había acusado esa mañana, la del miércoles pasado, de estar planteando algo que no estaba confirmado, un aumento en las retenciones a la exportación de carne que sin dudas perturbaría al sector agropecuario. "Pensó en voz alta", lo cuestionó Kulfas en Radio La Red. Como si nada hubiera ocurrido, el secretario de Comercio insistió por escrito horas después, en un posteo que incluía una foto suya en la que, sonriente, le estrechaba la mano a Grabois: "Es imprescindible adoptar medidas que nos permitan desacoplar el impacto de los crecientes precios internacionales de los alimentos sobre el mercado interno", publicó. Ya no pensaba en voz alta, sino por escrito. Y lo hacía con la imagen más provocadora para el asunto en cuestión: el saludo a un partidario de la reforma agraria.

Grabois es un díscolo del Frente de Todos. Está, por ejemplo, plenamente convencido de que sus compañeros y la oposición van a avalar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, pero aun así pretende que los diputados de su espacio exijan bastante a cambio. "Un plan plurianual de garantías para el pueblo pobre de la Argentina: que 9 millones de personas tengan un salario básico universal", se dijo el martes en C5N. Es imposible que el organismo acepte. "Pero Juan, eso está abiertamente en contra de lo que el Fondo Monetario les reclama a las países que refinancian su deuda", lo interrumpió el periodista Alejandro Bercovich. "Entonces no votaremos el acuerdo. En ese caso, no cumpliremos con la disciplina partidaria", contestó.

Feletti y Grabois juegan con el silencio de Cristina Kirchner. Saben que en aquellos temas en los que ella no se ha pronunciado taxativamente vale incomodar al propio espacio. A su manera, Sergio Berni ha usado siempre ese método. Es probable que Feletti sea, sin embargo, el menos espontáneo y osado de los tres: en el gobierno bonaerense ya dan por hecho que todos sus movimientos tienen el respaldo del Instituto Patria, y que irá ganando posiciones en la administración nacional no bien Guzmán cierre el acuerdo con el FMI y pueda despedirse de manera más o menos decorosa. Al contrario de lo que supone Hebe de Bonafini, el secretario de Comercio no parece estar tan...

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