El silencio cubre los crímenes sindicales

Muertes misteriosas, pilas de expedientes amontonados en el desorden de algún despacho judicial y el silencio como un código son la síntesis de un estado de violencia sindical que se recrudeció en los últimos años.El asesinato del tesorero y presidente de la obra social del Sindicato de Obreros de la Maestranza (SOM), Roberto Roger Rodríguez, es el quinto crimen relacionado con el ámbito gremial en menos de cuatro años. Previo a la muerte de Rodríguez, quien pertenecía a un gremio alineado con la CGT Azul y Blanca que lidera Luis Barrionuevo, hubo otros antecedentes trágicos que salpicaron a otros referentes obreros, incluso al propio líder de la CGT, Hugo Moyano.Una simétrica coincidencia enlaza el crimen de Rodríguez con el de Abel Beroiz, ex tesorero de Camioneros. En ambos hubo inicialmente una fuerte sospecha de que el móvil se debió a una interna gremial por la lucha por el poder. En el de Beroiz, de hecho, la Justicia está próxima a comprobarlo. También coexiste la huella indeleble de la mafia.Sucede algo similar en los otros casos: las muertes de Miguel Orellana, Ariel Quiroga y Jorge Andrade. También, claro, surgen diferencias. No en todos hay culpables ni las investigaciones avanzan dinámicamente. No en todos, el pacto de silencio es inquebrantable."Hay mantos de complicidad, responsabilidad y encubrimiento de parte de los gremios, pero no se puede generalizar. Las patotas sindicales tienen un vínculo con las del fútbol: ambas expresan el grado de violencia social. En estos hechos, se sabe y se conoce a quién responden determinados grupos o patotas, como pasa en el fútbol", opinó Santiago Senén González, creador del Archivo del Sindicalismo Argentino de la Universidad Torcuato Di Tella.Caso por casoA 25 días del crimen de Rodríguez, todavía no hay detenidos y la investigación navega en la incertidumbre. Se descartaron algunas hipótesis, pero todavía no hay nada concreto. La pista más certera conduce a una interna del sindicato. Otras pruebas relacionan el hecho a la mafia de los medicamentos adulterados, ya que la obra social del SOM había recibido en los últimos dos años más de $ 10 millones del Estado por reintegros."La interna está recalentada y Oscar Rojas [secretario general del SOM] se está quedando sin respaldo. En el gremio, no hacemos paralelismos con lo de Beroiz porque Rodríguez no andaba ni con Moyano ni Barrionuevo. No había pactos y secretos mafiosos", dijo a La Nacion un directivo del gremio de la Maestranza.El crimen de Beroiz es...

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