Sigue leal a la Tradición

Fiel a la herencia. Si hay algo que caracteriza a Porsche como marca es que siempre se mantiene leal a su tradición de construir autos con esencia y prestaciones deportivas. Pero, lo mejor de esa lealtad es bautizar a sus actuales modelos mientras rinde homenaje a sus viejas glorias.

Entre 1957 y 1962, Porsche fabricó uno de sus primeros modelos para las carreras de autos sport: el 718 RSK, (por RennSport Kurz, algo así como “para competición corto”), que debutó en las 24 Horas de Le Mans de 1957 a manos de Umberto Maglioli y Edgar Barth, abandonando por un accidente en la vuelta 129. Pero en 1958, un 718 RSK de fábrica fue tercero absoluto en las 12 H de Sebring (y cómodo primero en su clase de 2.0 L), segundo en la mítica Targa Florio, e hizo un 3-4-5 en las 24 H de Le Mans. En 1959, el 718 RSK del mismo Edgar Barth y Wolfgang Seidel se llevó el triunfo absoluto en la Targa Florio.

¿Por qué tanta historia? Porque el 718 RSK era un pequeño biplaza que tenía una característica que lo distinguía: su motor central de 4 cilindros opuestos o bóxer (el original fue el Type 547/3 1.5 L de 142 HP), lo que le otorgaba una distribución de pesos excelente y un centro de gravedad muy bajo, lo que resulta ideal para encontrar un comportamiento dinámico muy balanceado. Además, lo que no tenía de potencia lo compensaba con un peso de sólo 570 kg; así, con una relación peso/potencia de 4 kg/HP y tracción trasera, el 718 RSK resultaba muy ágil y maniobrable.

En 1996, la marca de Stuttgart lanzó su descapotable biplaza Boxster (internamente, Tipo 986) con motor central de 6 cilindros bóxer 2.5 L, que luego, en 2000, subió de cilindrada a 2.7 L en la versión estándar y a 3.2 L en la S. En 2005, Porsche presentó el nuevo Boxster (987), y en 2006, el Cayman, la versión coupé fastback de su deportivo compacto.

Veinte años después, en 2016, cuando Porsche lanzó la cuarta y última generación de la familia Cayman/Boxster había una gran sorpresa: los motores bóxer aspirados de 6 cilindros fueron reemplazados por un flamante propulsor de 4 cilindros –obviamente bóxer–, pero con turbocompresor. En Stuttgart bucearon en su historia y este motor abrió la puerta para la nueva denominación: 718 Cayman y 718 Boxster, en honor a aquellos gloriosos 718 RSK de los 50 con su motor “flat-four” central.

Pura raza

Y aquí estamos, con el Porsche 718 Cayman S, la versión más deportiva de la coupé y con todos los opcionales que ofrece el modelo (suspensiones deportivas, llantas de...

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