¿Qué significa ganar en las próximas elecciones legislativas?

La discusión de las PASO ha sido debate tanto en el oficialismo como en la oposición

Hay preguntas, relativamente sencillas, que nos formulamos a diario con la certeza asumida de que tienen una respuesta simple, a cubierto de complicaciones. Sucede en todos los órdenes de la vida y, como es lógico suponer, también en el campo de la política . El interrogante que, sin excepción, da el presente en los períodos preelectorales, está vinculado con las posibilidades de los distintos candidatos y partidos de ganar y de perder. Lo que en un análisis hecho a mano alzada parece fácil de establecer, a poco de meternos en el fondo de la cuestión demuestra ser un problema bastante más complejo de lo imaginado a priori. Porque no siempre aquel que obtiene mayor número de votos puede considerarse, prescindiendo de examinar la naturaleza del comicio en cuestión, vencedor indiscutible.

Cuando se trata de una pulseada de carácter presidencial es claro que, cualesquiera que sean las reglas de juego vigentes -con o sin doble vuelta de por medio- llega un momento en que sumar una papeleta más en las urnas es el factor determinante para saber quién festejará y quién saldrá derrotado. En semejantes casos no hay demasiados misterios que resolver ni sesudos análisis que desarrollar. Ello significa que, previo al comicio de que se trate, es posible responder con exactitud a la pregunta de cómo se determina quién es el triunfador. Bien distinto resulta, en cambio, el escenario abierto a instancias de unas elecciones legislativas. Las que habrán de sustanciarse entre nosotros, primero a mediados del mes de septiembre y, con posterioridad, hacia finales de noviembre, arrastran una dificultad inocultable en términos analíticos: nadie está en condiciones de contestar, sin falla de matiz, qué significa ganar o perder. Salvo que una de las dos coaliciones enfrentadas literalmente obtenga una ventaja tan amplia que no dé lugar a discusiones ulteriores.

Las dificultades antes mencionadas son de distinta índole. Existen, al menos, tres posibles formas de abordar la cuestión y responder a la pregunta de marras en términos provisorios: 1) poner el énfasis en la simple pluralidad de sufragios tomando al país como totalidad , es decir, aplicar un criterio puramente cuantitativo -sin diferenciar lo que sucede en cada distrito electoral- y, en función del número de votos que obtenga una y otra fuerza a nivel general, definir cuál de las dos se ha impuesto; 2) fijar la atención en...

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