Siempre al frente

LONDRES.- Otra vez Brasil. Son demasiados clásicos importantes en los últimos años. Otra vez contra Rubén Magnano, conocedor como pocos de los secretos de la Generación Dorada, hoy en la vereda de enfrente. Otra vez los destinos cruzados. Será mañana, a las 16 en nuestro país (las 20 en Inglaterra). La Argentina tendrá que definir su pase a las semifinales con el rival de siempre.Fue un día muy particular el de ayer. Se habló de honor, de deportividad, de partidos amañados? Los periodistas españoles no tuvieron ningún empacho en festejar la derrota ante Brasil para evitar jugar en un posible cruce de semifinales con los Estados Unidos. Se habló de caídas beneficiosas (¿?). Mientras tanto, la selección argentina, que podía ahorrarse muchas energías en un partido que no ofrecía ningún valor para lo que viene, salió a competir contra los Estados Unidos. Sí, a competir. Sabiendo que podía perder, pero tratando de ganar.El primer tiempo fue fantástico desde el punto de vista del espectáculo. Porque la Argentina jugó en el ritmo norteamericano de igual a igual. Corriendo, tirando y anotando. Dejando jugar mucho, lo que no suele ser el estilo de nuestro equipo. Y, como era inevitable, en ese ritmo hay un solo equipo que lleva las de ganar. Los norteamericanos, con un Kevin Durant fantástico, autor de 28 puntos con 8 aciertos de 10 triples, quebraron el juego en el tercer cuarto con un impresionante 42-17. Partido terminado.Recién en ese momento, cuando la diferencia fue irreversible, Julio Lamas hizo descansar a Manu Ginóbili y a Luis Scola. Lo mismo pasó en EE.UU. Mike Krzyzewski sólo cuando el partido estaba resuelto dejó que se sentaran Kobe Bryant, Kevin Durant y LeBron James, probablemente los tres mejores jugadores de la NBA y, por ende, del mundo del básquetbol.Todos los partidos contra el Dream Team son especiales. Pero más después de que la Argentina se convirtió en el primer verdugo, en 2002, y luego lo desplazó de la final olímpica en Atenas 2004. Desde entonces ellos recuerdan a esta generación. Hace dos días, Adrian Wojnarowski, especialista de la NBA de la página de Yahoo!, escribió sobre aquellas derrotas de los Estados Unidos: "Ese equipo (por la Generación Dorada) cambió la forma en la que el mundo miraba al básquetbol argentino y, quizá, también la forma en la que el básquetbol de EE.UU. se miraba a sí mismo"...

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