Sergio Mazza y su mirada sobre los nacimientos

Por alguna u otra razón, el director Sergio Mazza siempre ha estrenado sus películas de a dos, o casi. Amarillo y Gallero se lanzaron el mismo día, como una estrategia. Ambas tenían una temática rural, hablaban de soledades y fueron presentadas como un díptico. No fue así el caso de Graba y Natal, que por circunstancias diversas y por casualidad terminaron estrenándose con quince días de diferencia. Y justo en un momento en que las salas de cine están desbordadas de novedades, en el camino al Oscar."Estar en la semana de los estrenos también tuvo algo bueno, recibimos mucha atención al ser la única película argentina", afirma el director en diálogo con LA NACION acerca del significado de estrenar bajo estas circunstancias particulares. "Somos una productora mediana, no podemos torcer la balanza de la voluntad de las salas, ésa es mi realidad. Además tenemos un distribuidor, que va a querer lo mejor para la película que representa y tomará la mejor decisión para que vaya más gente. Al final ambos tenemos el mismo objetivo y el distribuidor tiene mucha más experiencia que yo en lanzamientos."Las dos películas tienen temáticas muy diferentes. Graba se presentó en el pasado Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y ahora se estrenó en todas las multipantallas o en los complejos más grandes. Esta película estuvo financiada por el Incaa, mientras que Natal no pudo lograr esa ayuda. "Haber podido estrenarla en todos los complejos de cine fue una forma de cumplir con todos los apoyos recibidos", señala Mazza. Graba es una de las pocas películas de producción argentina contemporáneas filmadas en París. Hacerla en esta ciudad era fundamental para el director. "Escogí esa ciudad porque era lo mejor para polarizar la historia. Hay algo sobre París instalado en el imaginario: es la ciudad del amor, de donde viene la cigüeña. Como la película trata el conflicto tardío de una mujer que se realizó un aborto, yo quería retratar ese lado contrario, ese lado oscuro de París: la cigüeña «no venida». La historia quedaba mejor planteada desde un lugar donde se reflejaran claramente los lados antagónicos."La protagonista es Belén Blanco, para quien el director pensó el papel desde un principio: "Desde que aceptó, su entrega con el personaje fue total". Interpreta a María, la mujer que escapa de todo, que quiere estar sola, huir a un lugar hostil. "Si ella no se hubiese hecho el...

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