Serena Williams, la conquistadora en un reino sin competidoras

NUEVA YORK.– ¿Cómo se entiende que Serena Williams se corone en el Abierto de los Estados Unidos 14 años después de hacerlo por primera vez? Es demasiada agua recorrida bajo el puente, es excesivo el kilometraje para los músculos como para seguir dominando los Grand Slam. Pero claro, la estadounidense líder del ranking, que conquistó por quinta vez Flushing Meadows luego de superar a la corajuda bielorrusa Victoria Azarenka (2°) por 7-5, 6-7 (6) y 6-1, en 2h45m, literalmente hace lo que se le complace en un circuito femenino inestable, pobre desde lo técnico, mayormente frío en lo emocional y muchas veces soporífero desde lo visual. La final de ayer, en el Arthur Ashe, fue una suerte de excepción a la regla, porque sí hubo puños crispados, miradas desafiantes y desahogos; pero se podrá hablar de un oasis en el desierto. Nadie discute el poderío de la menor de las Williams; sería una tontería hacerlo: con casi 32 años (los celebrará el 26 de este mes) logró el 17° major de su carrera, la misma cantidad que ostenta Roger Federer entre los hombres. Se convirtió en la campeona de mayor edad del US Open en la Era Abierta y quedó a un Grand Slam de alcanzar a Martina Navratilova y Chris Evert (18). Sin embargo, en un contexto tan chato como el de la WTA, con solamente algunas pocas campeonas talentosas en lo técnico en los últimos años con las belgas Justine Henin y Kim Clijsters como bandera, da la sensación de que la osada Serena, incluso, podría haber ganado todos los torneos grandes que se hubiese propuesto. Y ello, en definitiva, habla de una profunda carencia de obstáculos.Fue a principios de los 70 cuando las mujeres, impulsadas por la estadounidense Billie Jean King, se plantearon luchar por la inclusión y el crecimiento del tenis femenino. En 1973, en Gloucester, nació la WTA. La montaña creció y mucho. Esta temporada se están celebrando las cuatro décadas y es un buen momento para aislarse de la vorágine del circuito, mirar lo que ocurrió en los courts y analizar lo que se observa en la actualidad. Y las diferencias, realmente, son abismales. Las tenistas de hace 20 o 25 años tenían un gran estilo. Eran audaces, estrategas, más independientes. Lucían recursos ingeniosos. Navratilova, Evert, Jana Novotna, Gabriela Sabatini, Steffi Graf, Conchita Martínez, Martina Hingis, fueron algunas de las mejores. Tiempo después, desde la academia de Nick Bollettieri, en la Florida, y con la irrupción de Monica Seles, se generó una suerte de revolución, de cambio...

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