Desde septiembre hubo 1991 amenazas de bomba en colegios de la provincia

No era estudiante del Sofía Barat. A ese colegio de Castelar va su novia. Pero él llamó el 27 de septiembre, a las 11.30, desde su celular para advertir que en la escuela había una bomba. Al hacer la amenaza nunca pensó que del otro lado de la línea había un identificador de llamadas y que su número iba a quedar registrado. Prueba suficiente para localizarlo. El joven, de 19 años, está ahora imputado de intimidación pública y enfrenta una pena de entre dos y seis años de cárcel.

Su caso no fue una excepción. En la provincia hubo, entre el 1° de septiembre pasado y anteayer, 1991 amenazas de bomba en escuelas, según confiaron a LA NACION calificadas fuentes del Ministerio de Seguridad.

"Desde entonces, 15 personas fueron puestas a disposición de la Justicia en investigaciones por amenazas de bomba recibidas en escuelas bonaerenses", agregaron.

Investigadores judiciales consultados por LA NACION sostuvieron que la reiteración de hechos se debe a una "efecto contagio" entre los alumnos. "Por el momento no hay indicios para pensar que hay un plan de boicot contra el gobierno bonaerense o intenciones de generar malestar antes de las elecciones", agregaron las fuentes.

Sólo el 22 de septiembre pasado se recibieron 48 llamadas intimidatorias: 11 en Tres de Febrero, seis en Merlo, cinco en Morón, cuatro en Ituzaingó, tres en Almirante Brown, una en General Pueyrredón (Mar del Plata), Junín y Avellaneda, y siete "indefinidos".

"Salvo una llamada realizada a un colegio de Almirante Brown, tras la cual se encontró una granada, las restantes alertas dieron resultado negativo", explicaron las fuentes consultadas. El único hecho real ocurrió en el Colegio Nacional de Adrogué, y la Brigada Antiexplosivos de la policía bonaerense debió hacer explotar el artefacto.

Entre esas amenazas del 22 de septiembre hubo una en la escuela a la que van los hijos de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal: el colegio Crear y Ser, situado en Castelar, Morón. El autor de la llamada fue un adolescente de 17 años. La hizo desde el teléfono celular de su madre.

El ministro de Seguridad provincial, Cristian Ritondo, sostuvo ayer que una amenaza de bomba a una escuela "no es una broma, es un delito" y que se trata de "un acto de intimidación pública penado por la ley".

"Ante cada amenaza nuestra obligación es acudir al establecimiento con toda una logística que implica brigada de explosivos, fuerzas policiales, bomberos y Defensa Civil, además de alertar a los...

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