Sembrar con un Gobierno y cosechar con otro: cuáles son las expectativas del sector agropecuario para 2023

Las intervenciones del Estado en el mercado son miradas con preocupación por no pocos referentes de la actividad agropecuaria

Incertidumbre. En el inicio de 2023, esa es la palabra que mejor define, o intenta hacerlo, qué se puede esperar de la actividad del campo argentino para los próximos meses. La sequía, que demora en irse, el contexto económico, la brecha cambiaria, que impacta sobre los números de la actividad, entre otros factores, son parte de un cóctel que no deja vislumbrar con nitidez qué puede aguardarse del sector más dinámico de la economía, que le aporta siete de cada 10 dólares al país.

Algunos números del balance de 2022 parecen ser positivos y permitirían pensar en un 2023 aceptable. Hasta noviembre, por las exportaciones del agro ingresaron al país US$36.731.531.339, unos US$6600 millones más que en igual período de 2021. Las ventas al exterior de carne vacuna rondan los US$3500 millones, un 25% por encima de la cifra del año previo. En tanto, las exportaciones lácteas se ubican en un nivel récord, de US$1400 millones. Son algunos de los números positivos, potenciados por los buenos precios internacionales, que acompañaron en el período.

Pero la incertidumbre y las amenazas mencionadas están ahí, al acecho. En eso coinciden los expertos consultados por LA NACION. Se agrega otro condimento: este año, los productores sembrarán bajo la gestión del actual Gobierno y cosecharán con otras autoridades en la Casa Rosada. Las expectativas respecto de quiénes pasarían a conducir los destinos del país podrían jugar un partido propio, inclinando la cancha a favor si existen promesas de cambios de una política hoy marcada por intervenciones en los mercados. En el fondo, si bien falta para que se defina la suerte de la campaña agrícola, solo un escenario de precios elevados podría amortiguar el efecto de la sequía.

"Para el agro, 2023 estará marcado por cuatro factores principales: fracasos o fuertes reducciones de rindes en las cosechas fina [trigo y cebada] y gruesa [maíz, soja, entre otros cultivos] por una sequía histórica; problemas de preñez en vacas y menor engorde de novillos; continuidad del alto riesgo climático, y creciente incertidumbre político-económica en un año electoral", señalan Sofía Ganly y Carlos Pouiller, analistas de mercados de la consultora AZ-Group.

Para estos expertos, la producción de trigo, maíz, cebada, aceite de girasol y soja sumará 111,2 millones de toneladas. "Esta cosecha estará lejos de la del ciclo 2021/22, que para esos productos alcanzó 123 millones de toneladas", indican.

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