Del se va seguro al se puede salvar

La situación sigue siendo seria y preocupante, pero el ánimo y la disposición son otros en Independiente. Cambiaron el enfoque y la mirada. Aunque los promedios lo siguen teniendo en puesto de descenso, los Rojos están poniendo a raya al pesimismo: de aquella sensación de hace menos de un mes que lo tenía hundido en la cavilación "nos vamos de cabeza a la B" a esta renacida esperanza del "nos podemos salvar".El 21 de abril, Independiente perdió 2 a 0 en Rafaela casi sin levantar los pies del piso. Brindisi debutaba esa tarde con peores señales futbolísticas que las que habían obligado unos días antes al presidente Cantero a pedirle la renuncia a Gallego. Fue un equipo que parecía doblado por el peso de la veteranía. Resignado a que le pasara lo peor. De esos 11 titulares ayer sólo estuvieron dos (Ferreyra y Montenegro) desde el comienzo. El profundo recambio no sólo obedece a cuestiones de rendimiento; también hay bajas por lesión y suspensión.En medio de fuertes urgencias, la búsqueda de Brindisi le está dando a Independiente lo básico: saber ayudarse a sí mismo, valerse por sus propios medios y virtudes. Los Rojos pasaron mucho tiempo rezando para que el desplome de los demás equipos comprometidos fuera más acentuado que el suyo. Ahora dio un paso al frente y demuestra que está en plena recuperación para darles caza a los rivales directos con los que lucha para mantenerse en primera.Obtuvo 10 de los últimos 12 puntos, incluidos los tres de ayer frente a San Martín (San Juan), partido que Brindisi, aun en su inalterable sobriedad y compostura, se había animado a calificar de "una final". Aun con altibajos, imperfecciones y algún susto, Independiente sacó adelante el compromiso. Anímicamente ya no es un equipo paralizado por la responsabilidad de evitarle al club lo que sería el trago más amargo en su centenaria existencia.Este Independiente puede reponerse a un comienzo bastante flojo. Por ejemplo, en el primer cuarto de hora, lo único que forzó en ataque fue un par de córners. Sobraban pelotazos para intentar superar la presión alta de San Martín, cuya firmeza empezó a dejar grietas que pagó caro. Brindisi se vio obligado a armar la enésima formación defensiva. Por el lateral derecho, desfilaron muchos nombres, algunos improvisados para el puesto, como Velázquez. El técnico rescató a alguien que conoce la función, con...

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