Con una seguidilla histórica de cuatro estadios de Velez, Duki disfruta del éxito y su consagración final

Duki en Vélez

"¿Del 1 al 10? Mi nivel de felicidad es 3 mil". Pasaron dos horas del último de los cuatro Vélez con entradas agotadas, algo así como 180 mil personas en total, y Duki le suelta esa frase en exclusiva a LA NACIÓN, en medio de una fiesta privada en Palermo que hace las veces de cierre celebratorio de una seguidilla histórica para la música argentina. Allí, el cantante nacido hace 26 años en el barrio de Almagro como Mauro Ezequiel Lombardo está rodeado de su familia, su novia y sus amigos, los mismos que se subieron como invitados en varias de las noches de la tetralogía que lo coronó a él pero también a toda la escena en la enésima constatación de que la música urbana es mucho más que un fenómeno pasajero solo sostenido en redes sociales.

El carácter de histórico de estos shows es algo que no solo Duki celebra, sino que gran parte de su camada siente como propia. A contramano del egotrip y el fronteo que domina la poética de la música urbana, el sentimiento de unidad puertas adentro es una de las claves para entender que estos cuatro shows no fueron un hecho aislado y que el efecto rebote hacia el resto de los artistas se puede ver y rastrear con facilidad. "Es el primer rapero de nuestra generación en llenar un estadio", dijo YSY A, uno de los invitados más aplaudidos de la noche del sábado. Pero Duki aclaró: "Un shoutout [reconocimiento] para Wos que también llenó Argentinos Juniors". Así las cosas, el trap, el reggaetón, el hip hop y, en muchos casos la combinación de todos esos elementos, han moldeado el sonido global del último lustro con nuevas caras que también son parte del star system y las dinámicas del show business.

Shows de Duki en Vélez

En estos seis años desde que sacó su primera canción ("No vendo trap") pero algunos más de trayectoria si contamos su paso por las batallas de freestyle, que le sirvieron de plataforma para dedicarse a la música, Duki (también el resto de la escena) se ha enfrentado al fenómeno poco frecuente de tener que aprender y profesionalizarse en tiempo récord para estar a la altura de la demanda por verlo en vivo. Y los cuatro shows en Vélez también muestran la velocidad y los obstáculos con los que maniobra esa curva de aprendizaje. Si el primer Vélez, el del 6 de octubre, tuvo una lista de temas demasiado larga y con desequilibrios en el sonido, sobre todo en la diferencia de volumen entre los temas tocados con banda y en los que las pistas eran el único acompañamiento, para el cuarto la...

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