Los secretos del plan económico de Massa y las razones para evitar la devaluación

Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof

Paradójicamente el destino de la Argentina vuelve a estar escrito en un cuaderno. Ya no se trata de los Gloria que develaron el mayor entramado de corrupción desde el regreso de la democracia, ni la libreta que solía utilizar Néstor Kirchner para seguir de cerca las cuentas macroeconómicas que le preocupaban. Ahora se trata de uno gris, estilo Moleskine, en el que Sergio Massa tiene anotadas 100 medidas para los primeros 90 días de gestión. Su lectura es que ese es el lapso de crédito que tiene antes de que empiecen los cuestionamientos de fondo en el Frente de Todos y, también, un margen de maniobra mayor con la sociedad.

Esta práctica es la misma que llevó adelante en Tigre y en la Anses y le sirve de recordatorio sobre distintos golpes de efecto que intenta dar vía Twitter desde que asumió. La primera hoja ya tiene varios anuncios tachados, pero hay otros que forman parte de la agenda que viene.

"No tengo ninguna intención de tocarlo a Pesce -Miguel, presidente del Banco Central-. Lo único que quiero es que Lisandro Cleri asuma como vicepresidente y maneje la mesa", le dijo el viernes, al terminar una de las dos reuniones que hizo con su gabinete, a uno de los referentes de su mesa chica. Fue pocos minutos antes de la medianoche.

Por si no quedaba claro, agregó: "Ya les dije a todos que no jodan con el tema del Banco Central porque no tenemos margen para generar inestabilidad".

Es que la situación es crítica. "El límite al populismo son las reservas. Hoy los economistas más optimistas hablan de 1500 millones de dólares de reservas netas positivas y otra gran parte se refiere directamente a cero con lo cual no se puede dejar que las cosas sucedan. Será imprescindible tomar decisiones urgentes o la realidad las tomará por ellos", disparó escudado en el off the record un exministro de Economía.

En la oposición hacen una lectura concreta: para volver al punto de partida de comienzos de la gestión de Alberto Fernández se necesita hoy una devaluación de al menos el 30%, que lleve el tipo de cambio oficial a unos $ 180, pero eso ni siquiera soluciona la cuestión de fondo porque sin un programa macro contundente y un plan fiscal detallado de nada servirá ese "parche impopular". Si eso no se lleva adelante "el perro se morderá la cola", porque se conseguirán préstamos para seguir perdiendo reservas, dicen en el mundo Cambiemos.

Entre los economistas de la oposición que trabajan en un plan económico...

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