Scioli y Macri, pescadores cautelosos en río revuelto

Daniel Scioli recibió esta semana al menos un reto telefónico de la Presidenta. Fue el lunes, en plena euforia por los 8,5 puntos de ventaja que acababa de sacarle a Mauricio Macri en las elecciones primarias. En esa conversación, Cristina Kirchner le atribuyó y le reprochó al gobernador bonaerense el escándalo que vincula a Aníbal Fernández con la causa de la efedrina. Ése fue el apercibimiento. El castigo público llegó por la tarde, cuando recibió en Olivos y se sacó fotos con una sola de las fórmulas ganadoras: la del jefe de Gabinete y Martín Sabbatella. Si existió o no esta semana una segunda llamada de furia presidencial hacia el candidato por su viaje a Roma parece ya irrelevante: todo el kirchnerismo -desde el intendente camporista Francisco Durañona, que lamentó la ausencia del gobernador, hasta el propio Aníbal Fernández, que recorrió la zona inundada y le reclamó alfajores- utilizó el sarcasmo para referirse a ese fugaz descanso europeo.

Es cierto que, antes de subirse el martes a las 12.43 al Boeing 777 de Alitalia, vuelo 861, Scioli olvidó algunas conquistas recientes de La Cámpora. Por ejemplo, la ley 14.698, publicada el 19 de marzo pasado en el Boletín Oficial, que establece que "las jurisdicciones y entidades pertenecientes a la Administración Pública de la provincia de Buenos Aires, tanto centralizadas como descentralizadas, deberán contratar con Aerolíneas Argentinas y Austral Líneas Aéreas Cielos del Sur los pasajes".

Tal vez al gobernador le faltó la sensibilidad que sí tuvieron sus hermanos. Anoche, al cierre de esta edición, en los stands que la compañía nacionalizada tiene en Ezeiza se esperaba a José Scioli, presidente de la fundación DAR, think tank de campaña sciolista, y a Nicolás, vicepresidente del grupo Banco Provincia y también hermano del gobernador. A las 23.15, el vuelo AR 1302 los llevaría a Miami, desde donde tienen previsto regresar el próximo miércoles. Gentilezas del proyecto y su continuidad: aunque estos Scioli pagaron tarifa económica, se aceptó hacerles a ambos un upgrade a business.

Estas asperezas más o menos escondidas entre el candidato del Frente para la Victoria y Cristina Kirchner acaban de encender una luz de alerta entre los empresarios argentinos. Y no sólo en sentido negativo: en algunas corporaciones que vienen soñando desde tiempos inmemoriales con la independencia política y definitiva de Scioli se ilusionan con que el gobernador está acaso ante su última oportunidad emancipadora. Un...

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