Sanitaria, económica y política: ¿cuál de las tres crisis durará más?

La vacuna o la máquina del tiempo, cualquiera de esos artilugios de la ciencia dura y de la ciencia ficción le hacen falta hoy al mundo. Ambos servirían para saltar a una normalidad que hoy se antoja entre imposible e idílica; su ausencia agobia a miles de millones de personas que, confinadas, nos preguntamos: ¿cuándo se acabará la emergencia?; ¿cuándo podremos volver a disponer de nuestro espacio, de nuestro tiempo, de nuestro trabajo, de nuestro futuro y de nuestra salud sin que un virus decida por nosotros?Por lo pronto, la máquina del tiempo está en la imaginación y en las páginas de H. G. Wells y la vacuna está en los laboratorios del mundo, recién en los inicios de los ensayos clínicos. La emergencia, entonces, durará lo que tarden esas investigaciones en dar con la vacuna, al menos un año más. Eso será la emergencia sanitaria, pero hay otras dos crisis en marcha, la económica y la política; superar ambas llevará mucho más tiempo.Los pronósticos más alentadores y serios prevén que la vacuna estará lista en 2021, tal vez hacia junio. Sin embargo, gobernadas por la urgencia de contener el estrago de la pandemia, esas voces especializadas -científicos y funcionarios- no planificaron aún qué sucederá después: cuántas dosis se podrán fabricar inmediatamente, quién las producirá y distribuirá.Un fenómeno geopolítico define hoy el combate global contra el coronavirus: la falta de cooperación entre los países para limitar el impacto sanitario y económico del brote. La cara más trágica de ese rasgo es la despiadada competencia entre los gobiernos para comprar insumos, desde barbijos y trajes hasta respiradores y reactivos, donde sea.Una vacuna con demora. Si la tendencia persiste, nada garantiza que la ley de la selva no se imponga también en la distribución de la vacuna. Las naciones ricas podrían quedarse con la producción inicial, un gesto que retrasaría el fin de la emergencia sanitaria en países más pobres, como la Argentina. Suena descabellado y no lo es. Donald Trump ya habría ofrecido 2000 millones de dólares a un laboratorio alemán para quedarse con toda la producción una vez que logre la vacuna.Enfrentado a una pandemia que lo sorprendió y amenaza su reelección, el presidente norteamericano maneja un plan de acción de cuatro etapas para reparar la normalidad; elaborado por Scott Gottlieb, exdirector de la Administración de Alimentos y Drogas y zar en las sombras de la lucha contra el coronavirus en Estados Unidos.La primera fase es...

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