Las sanciones se vuelven un búmeran para Occidente y Rusia ya vende más petróleo que antes de la guerra

El presidente ruso Vladimir Putin habla en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, Rusia, el viernes 17 de junio

SEÚL.— Cuando Estados Unidos y la Unión Europea tomaron medidas para reducir las compras de combustibles fósiles rusos este año, esperaban que ayudaría a que la invasión rusa de Ucrania fuera tan económicamente dolorosa para Moscú que el presidente Vladimir Putin se viera obligado a abandonarla.

Esa perspectiva ahora parece remota en el mejor de los casos.

China y la India, los países más poblados del mundo, se han abalanzado para comprar aproximadamente el mismo volumen de petróleo ruso que habría ido a Occidente. Los precios del petróleo son tan altos que Rusia está ganando aún más dinero con las ventas que antes de que comenzara la guerra hace cuatro meses. Y su moneda, que alguna vez se tambaleó, ha aumentado su valor frente al dólar.

Los funcionarios rusos se ríen de lo que llaman un fracaso espectacular para intimidar a Putin. Y el daño económico que el boicot al petróleo pretendía infligir está repercutiendo no tanto en Moscú sino en Occidente, especialmente en Estados Unidos, donde los precios del petróleo por las nubes representan una potente amenaza para el presidente Joe Biden a menos de la mitad de su mandato.

Una Shell de Miami refleja el aumento del precio de la nafta en EE.UU.

Algunos señalan que el embargo petrolero de Europa aún no ha entrado en vigor y dicen que los efectos a largo plazo del ostracismo económico de Rusia sobre la guerra siguen siendo un poderoso determinante del destino del país. Esos efectos se extienden mucho más allá del comercio de combustibles fósiles, obstaculizando la banca rusa y otras industrias, pero es en gran medida la venta de petróleo y gas lo que mantiene a flote al gobierno y a su Ejército.

Si Putin ahora se sentirá envalentonado financieramente para proseguir la guerra indefinidamente es una pregunta abierta. Pero todo indica que Ucrania y sus partidarios se están preparando aún más para un conflicto prolongado.

A corto plazo, Estados Unidos y sus aliados occidentales contaban con sanciones económicas, no con procesos penales, para persuadir a Moscú de que retrocediera, o al menos degradara su capacidad para sostener la guerra. Por ahora, al menos, esa táctica parece haber fracasado, dada la creciente demanda en Asia de petróleo de Rusia, el tercer mayor productor de petróleo del mundo después de Estados Unidos y Arabia Saudita.

Una terminal petrolera rusa en la...

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