Salva vidas, pero es bajo el uso de la técnica de reanimación

Cuando el padre de un alumno le acercó a las autoridades de un colegio de Recoleta un plan sencillo para enseñarles a los estudiantes las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), nunca imaginó la respuesta del rector: "¿No nos estaremos comprando un problema?"

No, sobre todo cuando el 40% de las personas que se desploman sin latidos ni respiración en la casa, el trabajo, el gimnasio o la calle reciben de parte de algún testigo circunstancial esas maniobras hasta que llega la ambulancia. "Sigue siendo bajo el número de personas que sabe RCP en nuestro país", afirma Daniel Corsiglia, presidente del Consejo Argentino de Resucitación. Y el 18% de los casos ocurre en edad escolar.

En lo que va del año, sólo el SAME porteño y la empresa privada Vittal asistieron 227 paros cardiorrespiratorios en la vía pública, según informaron a LA NACION. Con la asistencia con RCP básica y avanzada, el 39% de las víctimas, en promedio, fue trasladado a una guardia. Aumentar la cantidad de testigos entrenados para actuar desde el primer minuto incrementa las chances de sobrevida. De hecho, la Fundación Cardiológica Argentina promueve que toda la población esté capacitada en RCP con uso del desfibrilador externo automático (DEA).

"La muerte súbita en el deporte y la vía pública es de gran actualidad, y continúan preocupándonos por la aparición de nuevos casos", dice José Gant López, jefe de Electrofisiología Cardíaca del Hospital Alemán y presidente del Comité Científico del último Congreso Argentino de Arritmias, en el que se trató este tema.

El paro cardíaco ocurre cuando el corazón se detiene de manera inesperada. Se interrumpe la circulación y esto afecta primero el cerebro, que deja de recibir oxígeno. Con las compresiones de la RCP en el tórax, el corazón vuelve a bombear. La descarga eléctrica del DEA normaliza los latidos cuando la muerte súbita es por una arritmia llamada fibrilación ventricular, es decir, en más del 80% de los casos. Un estudio en casinos y salas de juego demostró que combinar la RCP desde el primer minuto con el choque eléctrico del DEA dentro de los tres minutos eleva al 75% la posibilidad de llegar con vida al hospital.

"Cada vez es más difícil predecir quién será la víctima", indica Francisco Toscano Quilon, jefe de la Sección Arritmias y Marcapasos del Servicio de Cardiología del Hospital Churruca-Visca. "Con los estudios a mano, como el electrocardiograma y la resonancia magnética -agrega-, estamos llegando al límite de la...

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