El salario del miedo

http://www.lanacion.com.ar/avance-sobre-la-justicia-t49250está llevando adelante en estos días perfecciona el sistema de poder absoluto basado en el miedo que el kirchnerismo ha venido http://www.lanacion.com.ar/1573094-hacia-un-totalitarismo-bajo-el-ropaje-democratico-iiicada vez con mayor alevosía. Aprobada la reforma, http://www.lanacion.com.ar/1573319-en-diputados-el-kirchnerismo-tuvo-dictamen-para-los-otros-tres-proyectosque sabe que la magnitud de su poder es directamente proporcional a su capacidad de infligir daño. Los que no obedezcan serán removidos y perseguidos.Con diez años de kirchnerismo a cuestas, nos hemos ido convirtiendo en un país de temerosos. A fuerza de bajar la cabeza, hoy vivimos bajo el imperio del miedo y asistimos a la posibilidad cada vez más cierta de vernos definitivamente sujetos al capricho de una sola persona que disciplinó, a base de amenazas y escarmientos, a gran parte de las fuerzas sociales, empezando por la tropa propia. Hoy todos bailan al compás de su música, aunque por lo bajo se quejen de la melodía. Por lo bajo, siempre por lo bajo. Para no despertar la ira sagrada.¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Sin duda, de forma gradual. Aceptando por temor daños supuestamente menores -incluida la humillación- para evitar un daño mayor. O para dejar acaso a salvo mezquinos intereses sectoriales o personales a costa del conjunto y hasta de la dignidad. En muchos casos, las presiones han sido despiadadas y hasta -se aducirá- ineludibles, pero esas agachadas resultaron siempre remedios provisorios que en verdad postergaban el problema de fondo, agravándolo.En esta dialéctica perversa, cada concesión fue una transferencia de poder al príncipe. Primero fueron por el campo; después, por las empresas; después, por los medios y los anunciantes, y ahora van por la Justicia. Aquel célebre poema atribuido a Brecht ha encontrado una inusitada vigencia aquí en estos días. Puede que no hayan venido por mí el primer día ni el segundo ni el tercero, y entonces no me importó o callé o concedí, pero luego, cuando quise hablar, ya era tarde: habían venido por mí y por todos.El temor nace y se ceba de la amenaza latente del castigo, un arte en el que el kirchnerismo se ha mostrado implacable desde sus primeros tiempos en Santa Cruz. "No existe mejor medio de esclavizar a la gente y de destruir la democracia que crear en las personas un estado de miedo -ha...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR