Salario básico universal: el problema comienza con el nombre

1 Alcance e impacto económico. Ante la caída del salario real de la población y una pobreza que cada vez se vuelve más estructural, se pone sobre la mesa un nuevo actor impulsado por miembros del propio poder ejecutivo: el Salario Básico Universal (SBU). Una medida que apuntaría a alcanzar a casi 8 millones de personas del país mediante una prestación monetaria no contributiva que equivale a una canasta básica alimentaria por adulto (que marca la línea de indigencia) y que en mayo fue de $14.400. Esto significaría aproximadamente 1,8% del PBI, aunque según plantean hacedores del proyecto, al recortar otros programas y dejar solamente este, el costo fiscal se reduciría prácticamente 1 punto. ¿Qué sabemos del Salario Universal?

2 Definición . ¿Salario? ¿Universal? En primer lugar, el proyecto está mal llamado. Por salario se considera a una remuneración ante la contraprestación de un trabajo. Tampoco es universal, porque si bien el IBU (Ingreso Básico Universal) se ha debatido y continúa haciéndolo en el mundo, esto no lo es. De serlo, no debería limitarse a 8 millones de personas, sino que deberíamos recibirlo los 47 millones de argentinos. Quizás a lo que planea referirse este proyecto, aunque menos marketinero es el Ingreso Básico Garantizado (IBG). Hecha la aclaración, veamos que sucede. Cabe destacar que no somos ningunos pioneros en preguntarnos si tendría sentido establecer un Ingreso Básico Universal para toda la población, que abarca las siguientes características: ser periódico (se otorga mensualmente), ser individual (no se mide en ingreso de hogares), se realiza vía transferencias monetarias (no en bienes ni vouchers), ser universal (para toda la población adulta) y no tiene condicionalidades (no hay requerimiento alguno para recibirlo). Países que han implementado lo anterior en el mundo: 0. Todas las aplicaciones que se conocen hoy son variantes del IBU original, pero derivaron en esquemas específicos.

3- Debate. El debate sobre la prestación de un ingreso universal tiene un origen por partida doble. En primer lugar, en los países desarrollados, la naturaleza cambiante del trabajo exige que los sistemas de protección social evolucionen con él. Si bien la automatización, la globalización y la...

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