Un sacerdote denunció una ola de robos en un centro comunitario de Cáritas

Los feligreses y los vecinos que asisten al Centro Comunitario de Cáritas Divina Providencia, situado en Rincón de Milberg, en el partido de Tigre, se mostraron cansados de la constante repetición de robos. Señalaron a la misma banda de siempre, que el domingo pasado volvió a ingresar en ese lugar y se llevó todo lo que pudo, hasta el horno eléctrico con el que les cocinaba a los chicos. Los vecinos de esa localidad del norte del conurbano denunciaron, incluso, la posible complicidad policial con este violento grupo de jóvenes "que actúan con total impunidad". El local comunitario fue desvalijado once veces en los últimos dos años.El salón donde se asiste a los niños humildes de la zona está rodeado de barrios cerrados. Ayer por la tarde, un grupo de vecinos no se detuvo en diferencias económicas y se unió tras el pedido del párroco a cargo del centro de Cáritas para reclamar por los reiterados asaltos y rezaron un rosario con carteles que graficaron su pedido de seguridad.El cura Agustín Espina se puso al frente del reclamo comunitario. El sacerdote asiste a la gente que vive en el barrio El Lucero desde hace cuatro años. Es un barrio de casas bajas, urbanizado, donde las cosas básicas no faltan, pero tampoco sobran. Espina lidera el centro de Cáritas y se enfrenta directamente con la banda. Contó que está cansado de los robos. El domingo pasado fue el último y se llevaron al menos tres computadoras, una pava eléctrica y un horno, en el que cocinaban para los niños. Según los vecinos consultados, el grupo de delincuentes vive en el barrio El Lucero y todos saben quiénes son, "hasta la policía". Espina el lunes pasado denunció el robo en la comisaría."Desde hace muchos años venimos sufriendo vandalismo, hechos que hemos denunciado oportunamente en la comisaría correspondiente. Solo en estos últimos dos años hemos soportado más de 11 de estos episodios, sufrimos destrozos en la casa y muchos robos", recordó Espina en diálogo con LA NACION.Por eso, el sacerdote espera que este último robo represente un momento de cambio. El grupo de delincuentes se llevó las computadoras que se utilizaban para dar talleres a los niños que viven en El Lucero, a pocos metros de la Iglesia. Según los vecinos del barrio, los ladrones revendieron esas computadoras en las afueras del barrio."Ante la repetición de los mismos hechos, nos hemos reunido con los comisarios del Destacamento Policial de Rincón de Milberg, con los directores de la policía municipal (COT)...

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