Sabores del mundo, en un banquete en la Avenida de Mayo

Un sábado en plena Avenida de Mayo, con la Casa Rosada imponente bajo el sol de mediodía, sin el bullicio y el trajín típico de los días laborables, dibuja una postal poco frecuente. El día se presentaba tentador, casi tanto como las exquisiteces que protagonizan la quinta edición del Patio Gastronómico de las Colectividades, encuentro que se repetirá esta tarde, de 16 a 21.

Ayer, miles de personas disfrutaron de este evento. La intersección con la calle Bolívar presentaba un gran escenario que ofreció distintos números de música, danza y teatro. Varias pantallas repetían las imágenes que eran captadas por medio de un dron y de varias cámaras fijas, cuestión que los hambrientos paseantes no perdieran detalle del espectáculo sin necesidad de abandonar sus preciados puestos de expendio de delicias.

Los 200 metros que separaban el escenario de la calle Balcarce lucían engalanados como en día de fiesta. Prolijos gazebos blancos albergaban exquisiteces típicas de varias regiones del mundo, preparadas en su mayoría por descendientes de esas patrias, fieles transmisores de los secretos culinarios que un nutrido público disfrutó desde poco antes de las tres de la tarde.

Michael, Tom y Rick bien podrían mimetizarse con cualquier joven porteño: esponjosa y bien cuidada barba con bigote, colorido cap y jeans bien pegados al cuerpo componen el "uniforme" de estos tres estudiantes de Texas, de paseo por la ciudad. "Nos dio algo de pena no encontrar un puesto de comida americana, pero vimos opciones muy tentadoras", confesó Tom, en inglés, mientras sus amigos apuraban unas sabrosas salchichas alemanas con chucrut.

Al comienzo de la jornada, los platos salados salían sin pausa: salchipapas peruanas, arepas venezolanas y bigos (una especie de estofado a base de repollo, cebolla, zanahoria y carne) polacos resultaban irresistibles para un almuerzo tardío. Las jugosas empanadas dominicanas y los sandwiches de Rusia con fiambres artesanales también generaban el interés de varios, que a razón de $ 50 por unidad cualquiera podía considerarse satisfecho.

Pedro y Ana vinieron a Buenos Aires hace tres años, cuando la situación en Venezuela se tornó complicada tanto laboral como políticamente. Sentados a una de las largas mesas dispuestas a los costados de la arteria principal, estos profesores de matemáticas disfrutan de...

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