"Sabía, por rumores, que no ensayaban"

Días después de que Paloma Herrera se fuera de Buenos Aires, el Ballet Estable del Teatro Colón presentó a la dirección una carta en la que expresaba su pedido de mejoras en las condiciones de trabajo de la compañía. Los bailarines, que hasta hoy continúan en estado de asamblea permanente, traían una serie de reclamos acumulados, pero manifestaron en diferentes oportunidades haber recibido la gota que colmó el vaso en la conjunción de dos ejes principales: su relación con la directora del cuerpo, Lidia Segni, y las condiciones de sus espacios de trabajo.Por ejemplo, los pisos de las salas de ensayo en las que trabaja el ballet y del escenario principal están, desde comienzos de esta temporada, en el centro de la discusión. Al respecto, Paloma Herrera comenta que, en su reciente paso por el Colón, ella se negó a ensayar en la Sala Filarmónica, porque el piso no estaba bien, pero que encontró perfectos los de la...

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