Ante el round más duro y con la guardia baja

no está en el mejor momento de su carrera política. Desencantado, ha visto en los últimos meses cómo su salto desde Chaco a la jefatura de Gabinete le dio escasos réditos. Así lo viene transmitiendo en estos días a colaboradores de confianza. Ya tomó la decisión de volver en un tiempo prudencial a su provincia, donde pidió licencia como gobernador y desde donde piensa reconstruir su proyección presidencial, a la que nunca renunció.El explica parte del momento del kirchnerismo. Tribulaciones precipitadas después del conflicto con los fondos buitre y en la fase final de un ciclo que no tiene reelección. Ese viejo temor que los funcionarios de todo el mundo llaman "síndrome del pato rengo" y que, en este caso, sorprende a la Argentina en el momento económico más crítico de la última década. La amenaza del default compromete un futuro que, hasta hace dos meses, en conversaciones con empresarios, el equipo económico daba por resuelto: proyectaban que el país atravesaría ese 2015 electoral con unos 2000 millones de dólares adicionales que llegarían por la licitación del 4-G para los teléfonos, otros 2000 millones que serían atraídos por Vaca Muerta y unos 10.000 que prestarían organismos multilaterales de crédito.Es inevitable entonces que estas expectativas incumplidas signen ahora las relaciones de poder. Para entender, por ejemplo, que la Presidenta ya no genera las reverencias de otros tiempos, no hace falta repasar su encuentro del lunes con el seleccionado mundialista, cuyas imágenes muestran los vanos intentos de una jefa de Estado por romper el hielo y los desdenes de sus interlocutores, sino que basta con detenerse en los últimos gestos de Florencio Randazzo con Amado Boudou. Nadie hasta ahora había hecho público el escaso respeto que en el peronismo le tuvieron siempre al vicepresidente, sencillamente porque éste contaba con el respaldo de Cristina Kirchner. "Bien no le hace [al Gobierno] un funcionario procesado", insistió esta semana a radio Cadena 3 el ministro del Interior y Transporte.En Olivos vienen tomando nota del mal tiempo. Una encuesta que la Casa Rosada acaba de encargarle a la consultora Carlos Fara y Asociados devolvió datos inquietantes. "Si tuviese que definir entre aprobar o desaprobar la gestión de la presidenta Cristina Kirchner, ¿qué diría?", pregunta el sondeo, elaborado entre el 30 de mayo y el 2 de junio sobre 442 casos de la Capital Federal y el conurbano bonaerense, y el 55% desaprueba. Hay que ir a mayo de 2010, antes de la...

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