Un rostro para intuir lo sagrado

La muerte de Enrique Irazoqui, hace un mes, pasó bastante inadvertida. No serán muchos quienes se acuerden de que ese hombre encarnó a Jesús en El Evangelio según san Mateo, la película de Pier Paolo Pasolini estrenada en 1964. La elección de Irazoqui fue audaz, no hay duda. En principio, a los 20 años compuso un Jesús de 30. Además, fue de todo (ajedrecista, docente, economista, militante político) menos actor. Pero Pasolini se convenció de inmediato.El propio Irazoqui volvió a contar la historia en una entrevista de 2018 para Vanity Fair España. Había ido a Italia como parte de una delegación política estudiantil, y un joven comunista le dijo que tenían tres horas para ir a visitar a Pasolini. "Yo no lo conocía. Ya de camino aquel chico me contó que hacía cine y que era homosexual. Llegamos a la casa, a nueve kilómetros de Roma, y nos abrió Pier Paolo. Entramos, nos hizo acomodar en el sofá, y entonces él se fue corriendo a llamar a Ninetto [Davoli], exclamando 'Ho trovato Gesù! Gesù è a casa mia!'. Yo no entendía qué estaba pasando". Al principio, Irazoqui rehusó actuar, pero parece que fue finalmente Elsa Morante quien lo convenció. Ahí quedó, un Cristo fílmico -claro que doblado al italiano, ahora sí, por un actor: Enrico Maria Salerno- que muy difícilmente pueda superarse.La mejor explicación sobre las ventajas de trabajar en el cine con personas que no son actores la dio Robert Bresson, un director muy cercano y a la vez muy alejado de Pasolini. Para Bresson, la emoción (de la clase que fuera) no se encontraba buscándola, como hacen los virtuosos. Los actores, creía él, especialmente los actores de teatro, son virtuosos, "que en lugar de darle a usted la cosa tal cual es para que usted la sienta, le asestan su propia emoción para decirle: así es como usted tiene que sentirla".Pasolini, si es que la conoció, habría seguramente estado de acuerdo con la frase y con sus consecuencias. Quienes actúan en sus películas no son actores amateurs; no son actores, sin más. Por eso entonces en El Evangelio según san Mateo, entre otros amigos y conocidos del poeta y director, vemos a Juan Rodolfo...

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