Los Roldán: una familia de autores dedicada a promover la lectura en la infancia

Los Roldán-Devetach son una familia literaria y "cuentacuentos". Laura Devetach y Gustavo Roldán heredaron de sus respectivos padres la pasión por narrar historias. Luego, ellos la transmitieron a sus hijos, Laura y Gustavo Roldán, a través de los relatos que les contaban en la infancia. "Cuando se le terminaron los mitos y las leyendas, mi papá empezó a inventarnos cuentos", recuerda Laura Roldán, que también es escritora y promotora de la lectura. Gustavo, el hijo menor de Roldán y Devetach, radicado en Barcelona, es autor y dibujante.Ella le decía Roldán. Y él, Gringa. Compartieron sus vidas durante 55 años. Roldán, autor de La canción de las pulgas y El viaje más largo del mundo, entre otros libros para chicos, murió en 2012. "Había mucho del criollo y de la gringa en nuestras vidas, con costumbres muy distintas. Yo era la que comía ensaladas; él, no. Después, despacito, se hizo más verdulero que yo. Aprendí muchísimo de Gustavo y de su familia. Mi suegra era salteña y contaba historias con su tonada. Por eso a Gustavo también le gustaba relatar. Era muy divertido. Pocas veces se enojaba, pero cuando se enojaba, cuidado", cuenta Devetach, que en octubre cumple 83 años. "En mi casa se juntaron Europa y el Chaco conservador. Mi mamá y mi abuela eran muy católicas. Mi papá, nada que ver. Hubo una contienda sobre a qué colegio me iban a mandar, y yo, que soñaba con la Escuela Normal, terminé en la de monjas", dice la autora de La torre de cubos y Monigote en la arena, entre otros libros. "A mí me contaba historias mi papá, que era hijo de campesinos analfabetos de Eslovenia que se habían instalado por la guerra en el norte de Italia. Tenían un campito y una vaca y vivían de eso. ¡No sabés qué historia fundante fue para mí lo que él me contaba! Historias del hambre, del exilio".Licenciada en Letras Modernas por la Universidad Nacional de Córdoba, Devetach recibió el título doctora honoris causa de esa institución en 2008. En 2015, fue candidata al premio Hans Christian Andersen por la Argentina. "Yo leía todo lo que había en mi casa. Mi mamá, mi tía y mi abuela leían revistas como Para Ti, Vosotras, Maribel, y se las prestaban. Eran los años 40, la clase media estaba bien y se podían comprar el diario y una revista para cada uno. Yo era la mandadera: traía y llevaba las revistas. Así me empecé a enganchar con los cuentos; algunos estaban escritos por grandes autores. En la biblioteca de mi casa estaba todo mezclado. Buscaba y leía el que me...

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