Roger por la leyenda

LONDRES.? Habrá otro partido después en esa misma cancha, y no uno cualquiera. Pero perfectamente el All England podría bajar el telón después de semejante obra maestra. Es suficiente y de sobra para un solo día. Este hombre cuya consideración como uno de los más grandes de todos los tiempos desborda por mucho a su condición de tenista acaba de ofrecer otra de sus grandes funciones. El hambre, la ambición, el deseo permanente de progresar no son patrimonio exclusivo de los novatos o de los que buscan asomar a la celebridad. Mitos como Federer no lo pierden nunca. A las 15.28 de un día que otra vez amaneció lluvioso y obligó a cerrar el techo, la cancha entera le regala la enésima y última ovación. Quien creía que a los 30 años, después de alcanzar todo lo que un deportista puede alcanzar, ya no volvería a hacerlo, se equivocó. Jugó como en sus tiempos de número 1 para minimizar al hoy número 1. Tal demostración de clase le hacía falta no solamente para ganarle a un rival como Novak Djokovic sino para quedar en el umbral de recuperar, asombrosamente, ese sitial que perdió hace poco más de dos años."¡Roger!" esto, "¡Roger!" aquello... Ya fuera por darle aliento en algún momento en que lo necesitaba, por pleitesía, por admiración pura, durante las 2 horas y 19 minutos que demandó el 6-3, 3-6, 6-4 y 6-3 la gente no se cansó de mandarle algún mensaje al hombre por el que siente un afecto incondicional. Más allá del sentimiento lógico por lo propio, Wimbledon ama a Federer. Es cierto que Nole no ofreció la mejor versión que se le conoce, pero no es casualidad que la brújula se le haya extraviado justamente ayer. Alguien va a decirle que equivocó la estrategia. Tal vez. Salió a comerse crudo a Federer, a pegarle con furia de entrada, pero un jugador de la envergadura de Roger no iba a intimidarse por eso. Un solo quiebre, mucho talento para subir a la red, un saque que funcionaría ajustado casi toda la tarde, le alcanzaron al suizo para ganar el primer set. Nole varía un poco más en el segundo, que se lleva con un único quiebre. Por momentos la velocidad con la que se juega es irreal, no parece propia de dos seres humanos. La velocidad no es solo de piernas: sobre todo, prevalece la mental.Empieza lo mejor. El tercer set ofrece la lucha...

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