Rodrigo Fresán: 'Tenemos la fatalidad y el consuelo de ser argentinos '

Vive en Barcelona desde 1999, pero visita Buenos Aires con frecuencia. Rodrigo Fresán (Buenos Aires, 1963) es un narrador cuya obra, que se inició en 1991 con los cuentos de Historia argentina, se caracteriza por una erudición pop. Las referencias en su último libro, el segundo de una trilogía mastodóntica y el décimo de su obra, van de la familia Brönte a las canciones de los Beatles, pasando por fantasías de Nabokov, Henry James y Bob Dylan. Hoy, a las 19, presentará en Eterna Cadencia La parte soñada (Literatura Random House), un compendio que indaga en los niveles del sueño en un tiempo que condensa todos los tiempos. Su meditación sobre la escritura y la lectura se extiende a lo largo de 600 páginas.

Una vez por semana, esa aura pop se hace evidente en las contratapas de Página/12, donde encarna a Rodríguez, un español que se aproxima a la actualidad con ánimo otoñal. Fresán escribió elogiosamente sobre autores estadounidenses como Lorrie Moore, Denis Johnson y Kurt Vonnegut; así guió a muchos lectores. Algo similar ocurre en su nuevo libro.

-¿A qué género pertenece La parte soñada?

-No sé, pero debe de ser uno de los pocos libros con tantas páginas referidas al hecho de no escribir. Me interesa un tipo de ficción sobre la ficción, la literatura que observa dos hechos extraordinarios en la actualidad: leer y escribir. Pese a eso, creo que en La parte soñada y en el libro anterior (La parte inventada) abundan las tramas, las anécdotas y los personajes interesantes. En La parte recordada se van a cerrar algunas de esas historias.

-El título refuerza el alcance que el tiempo tiene en el proyecto.

-Me gusta pensar en los libros como artefactos. Soy un gran admirador de la novela realista decimonónica y me encantaría escribir una novela así, en la que al final del capítulo 4 alguien está colgado de un acantilado y al inicio del capítulo 5 otro aparece y lo salva. Disfruto mucho como lector, pero no estoy dotado para escribir eso. Tengo una idea de la literatura más fractal, atomizada. Aunque no me siento un escritor envuelto en la bandera argentina, tengo en común con otros escritores argentinos el hecho de idear novelas estructuralmente raras, como Rayuela, Sobre héroes y tumbas, Respiración artificial. No responden a la idea de la gran novela latinoamericana. Desde las "tablas de la ley" que nos dio Borges en "El escritor argentino y la tradición", tenemos la...

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