Un rodaje que fue comouna fiesta entre amigos

AL recordado Jacques Demy, cuyo nombre ha vuelto a oírse en los últimos días a raíz del homenaje que se le tributó en San Sebastián, no le gustaban las estrellas; mejor dicho, no significaban nada para él. "Al fin, decía, son sólo seres humanos y lo que me interesa es conocer cómo son en cuanto seres humanos. Por eso cuando oigo hablar de alguna de las más grandes actrices del mundo y sé que han causado problemas, la descarto. Prefiero trabajar con algún desconocido que tenga grandes cualidades." No lo decía porque pensara solamente en los resultados artísticos, sino porque se lo pedía su forma de trabajar: quería que sus equipos fueran, de verdad, equipos. Que todos se sintieran comprometidos con el proyecto que encaraba, que el film fuera de todos y que se estableciera entre ellos una verdadera relación. "A los actores les gusta mucho hablar -decía-, y a mí me encanta conversar con ellos acerca de sus personajes o de sus puntos de vista respecto de la escena, del guión entero o de cualquier aspecto de la realización. Por eso recomiendo quedarse con el elenco después del almuerzo o, especialmente al fin de la jornada, después de la cena, charlando sobre lo que se hizo y sobre lo que hay que encarar a continuación. Es increíble la cantidad de ideas que uno puede reunir al cabo de esas sobremesas, que además son divertidas. Es como un juego, pero no un juego de niños."Por supuesto, se diferenciaba de los directores que marcan cada tono, gesto o desplazamiento de los actores. "No digo: hacé esto o hacé aquello, porque puedo estar dando la...

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