Rock in Lisboa: un instante para toda la vida

LISBOA.? "Rock in Rio no es un festival de rock." Las palabras de Fabiana, directora de la agencia carioca responsable de la prensa del festival, impactan en nuestros oídos. Anteayer, en la jornada de cierre del festival, esa aseveración saltó a la vista: Ricky Wilson, cantante de Kaiser Chiefs, dejó el escenario para lanzarse en tirolesa por encima del público y así dar por finalizada una performance al estilo Broadway pero en escala "mais grande do mundo". Ahora entendemos, Rock in Rio es un festival con rock y el cambio de preposición lo transforma todo.Más de 350.000 personas presenciaron la quinta edición del festival nacido en Brasil en 1985 y proyectado al mundo como un formato exitoso de festival de música y entretenimiento. Una grilla con dos o tres nombres fuertes por jornada, stands para jugar, cortarse el pelo, bailar, disfrazarse y dejarse llevar; una vuelta al mundo, una montaña rusa y la citada tirolesa como aporte genuino de un parque de diversiones; la Rock Street, una calle ambientada que se parece a nuestro Parque de los Niños y que aquí, como en Río de Janeiro, está dedicada a la música y a la cultura de Nueva Orleans, dos escenarios separados por medio kilómetro o tal vez más; pequeños tinglados con bandas locales nuevas; una carpa electrónica, otra VIP que, por su magnitud, podría cobijar otro festival en su interior... Es decir, una enorme escenografía aquí montada en el parque Bela Vista de Lisboa, en una geografía irregular con subidas y bajadas y el río Tajo en su horizonte, pero movible y trasladada a donde la marca se dirija: en unas semanas a Madrid y en septiembre de 2013 al Parque de la Ciudad de Buenos Aires.Más que una Ciudad de Rock, esto parece una república separatista, donde el clima de crisis profunda que se respira en Lisboa pugna en vano por entrar al parque. Los hombres cerveza y gaseosa cargan sus pesados tanques por todo el predio para calmar tanta sed; los sponsors reparten cotillón, sillones y lo que se les ocurre, y en medio de tantas atracciones y distracciones está la música irrepetible y en directo. El sábado son Joss Stone y Stevie Wonder los que dejan su marca indeleble, y el domingo, James y Bruce Springsteen."Es increíble estar acá. ¿Viste toda esa gente? ¿Cuántos son? ¿Y esos locos que se tiran por encima del público?" Ya en la zona de camarines, Joss Stone sigue impactada por la respuesta de la gente a un set impecable y muy emotivo. La "soul sister" inglesa, que como Lenny Kravitz, Maroon 5, Ivete...

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