El rock argentino se pone sinfónico

Gustavo Gregorio se fue de la Argentina en 1988 con una beca para estudiar en el Berklee College of Music de Boston y, aunque regresó varias veces, nunca fue para quedarse. Vivió nueve años en Japón y desde 2000 está instalado en España, donde formó una familia y desde donde desarrolla su trabajo, como bajista, compositor y arreglador. En esta nueva visita, además de atender cuestiones familiares, mantiene reuniones para la presentación un disco que orquestó recientemente: Rock argentino en estado sinfónico. El álbum tiene catorce temas del primer rock vernáculo, en versiones donde participan músicos locales y la Orquesta Sinfónica de Kiev.

El proyecto nació como un desafío personal. Gregorio pensó cómo sería arreglar para una sinfónica este tipo de canciones de los sesenta y principios de los setenta. Vale aclarar que los 14 temas no son todos clásicos. Hay algunos poco conocidos. El motivo es simple: no se trata de un homenaje al rock nacional sino a sus protagonistas; a esos músicos a los que conoce o conoció, y con quienes tiene varias anécdotas. Porque en el currículum de Gregorio figuran trabajos con Moris, Pappo o Miguel Cantilo, pero, sobre todo, el privilegio de pertenecer a esa tribu que gestó el rock local.

Al principio no pensó en un disco sino en canciones orquestadas. Pero un día apareció el productor Néstor Puppo que le dijo: "Hagamos un disco". Y una cosa trajo a la otra. Llamó a los cantantes e instrumentistas y así fueron apareciendo Moris, Nebbia, Fogliatta, Gabis, Cutaia, Soulé, Quiroga, Botafogo, Miguel Cantilo, Santaolalla, Medina...