River, con pocas respuestas para entusiasmarse en Japón

El sueño de coleccionar títulos internacionales, esa costumbre que River hizo realidad durante el ciclo Gallardo, se derrumbó, definitivamente, en el Palacio Ducó. Ahora, cuando al calendario le quedan las últimas 34 hojas, los millonarios se enfocarán en el Mundial de Clubes, de Japón, el desafío que les quitó el sueño a todos en Núñez. Un objetivo que empezó a perseguirse desde la misma noche en que la Copa Libertadores volvía al club, después de 19 años; una meta que distrajo durante el presente semestre y determinó que el fin de año se le hiciera demasiado largo al grupo, al cuerpo técnico, a los dirigentes y también a los hinchas. La ilusión de arribar a Osaka esgrimiendo una nueva estrella, al igual que cuando fue a conquistar la Suruga Bank, en agosto pasado, fue un viaje intrincado, que arrojó escasos síntomas positivos y una montaña de contratiempos y alertas que se fueron encendiendo en el recorrido. La eliminación frente a Huracán lanza múltiples lecturas; también diferentes miradas e interpretaciones: elucubrar teorías sobre el futuro ya no entra en los planes, aunque del tropiezo River tendrá la obligación de extraer conclusiones para que la experiencia japonesa resulte reconfortante y no una continuidad de sus recientes extravíos.

Los plazos se cuentan de a 20 días en River. Fue el tiempo que tuvo el plantel para energizarse, después de perder, 1-0 en el Monumental con Huracán, en el encuentro de ida por las semifinales de la Copa Sudamericana, pero también será el tiempo que le restará para el debut en el Mundial de Clubes, después de quedarse vacío en el Parque Patricios, luego de empatar 2-2, en el desquite frente al Globo. En el espacio entre los dos encuentros, el plantel enseñó una recuperación física y respuestas anímicas, aunque sigue en deuda el relanzamiento futbolístico. Los altibajos en las tres facetas del juego impiden llenarse de esperanza. Encontrar soluciones es la tarea de Gallardo, que se mostró con bronca por la eliminación y esbozó una mueca de satisfacción por lo que le ofreció el equipo en el desenlace, ése que abrió ilusiones, tras los dos goles de Mora. Igualmente, una imagen todavía deshilachada y alejada respecto a la que dejó River en su paso ganador por la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana 2014.

Sin respuestas colectivas, el último experimento tampoco iluminó al equipo. Con un puñado de entrenamientos como ensayo, River se reinventó con un sistema táctico que Gallardo no contempló hasta...

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