River no fue el mismo...

River perdió en la noche en la que no fue River. Cayó justo cuando no debía hacerlo, pese a que se mantuvo en lo alto de las posiciones. Se quedó sin invicto en el momento en el que podía haber sacado una ventaja casi decisiva. Fueron 31 partidos que igualaron el registro de 1922. Quedó de rodillas justo en el N° 32, frente al rival que tantos problemas le había traído en la Copa Sudamericana: Estudiantes. Pero, más allá del gran mérito del adversario, la razón más fuerte estuvo en el campo propio. Porque, valga la insistencia, River no fue el mismo.

Los millonarios cambiaron de nombres y de sistema. No fue la misma base ni el mismo rendimiento. La derrota cayó cuando la presión empieza a sentirse más. Después del partido con Olimpo se abrirá la decisiva serie contra Boca, por la Copa Sudamericana. Aún debe estar lamentándose porque Lanús (a dos puntos), el escolta, desbarrancó en Victoria. También porque la oportunidad de acercarse será hoy para Independiente, que quedará a tres puntos (igual que Racing) si vence a Arsenal.

Da la impresión de que a River suelen ganarle de mano para ponerse en ventaja. Al menos dio esa impresión en los últimos tiempos, sin descuidar, claro, el espíritu ofensivo y el peso de sus individualidades. Hasta anoche, los millonarios habían revertido nueve veces una desventaja, ya sea con empates o victorias. En la décima, no pudieron.

Estudiantes conoce el ritmo de River a la perfección después de los partidos de la Sudamericana que terminaron con el conjunto de Núñez en las semifinales. El Pincha, de hecho, fue uno de los equipos que más complicó a Gallardo y sus muchachos. Entendió la forma de cortarles el paso con un concepto de presión constante y de velocidad en las réplicas. Si antes no le había dado resultado fue por el poder de resolución y la eficacia que siempre tuvo River.

Habrá que decir que el conjunto de Núñez cambió bastante desde los nombres y desde la táctica. Empezó con Vangioni más adelantado por la izquierda, casi en la línea de los volantes, y con tres defensores, Maidana, Pezzella y Funes Mori. Aunque Pisculichi se mantuvo como enlace, la generación de juego no fue la misma. El circuito no estuvo tan sincronizado ni prolijo.

Estudiantes anduvo de acá para allá. Redobló esfuerzos y cubrió todos los espacios que pudo. La marca empezó bien arriba, incluso, con Vera y Carrillo. Los atacantes no tuvieron inconvenientes en volverse defensores en la salida desde el fondo de River. Haber convertido un...

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