Río 2016: como nunca, unos Juegos en lo del vecino

No habrá decenas de miles de argentinos recorriendo el país como en 2014, y mucho menos cantarán "Brasil decime qué se siente" hasta las cuatro de la mañana convirtiendo las playas de Copacabana en un espectáculo asombroso.

Esa oportunidad (mega)histórica ya pasó: Brasil se despidió de su Mundial goleado por 7-1 en semifinales y la selección no pudo aprovechar el momento para ganar una final que era, sobre todo, un parteaguas de pretensiones eternas. Con el título en el Maracaná, cualquier argentino podría haber resuelto por los siglos de los siglos toda discusión futbolera imaginable. No sucedió, y es mejor no volver a preguntarle a los brasileños qué sienten. Alcanza con lo que se siente de este lado de la frontera al recordar la derrota ante Alemania, aunque este año haya otra vez muy buenas razones deportivas para volver a cruzarla.

La Argentina nunca tuvo unos Juegos Olímpicos tan cerca. Bastará con subirse al auto, manejar dos o tres días y Río de Janeiro se desplegará en su imponencia y contradicciones. Un viaje al alcance de la mano (o del pedal) de cualquiera que haya soñado con ser parte de Seúl 88, Barcelona 92, Atlanta 96, Sydney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008 o Londres 2012, destinos muchas veces disuasorios por el vuelo obligado y los costos disparados. Esta vez no, esta vez, del 5 al 21 de agosto, será diferente, con la ventaja añadida de que la fuerte devaluación del real hace de Brasil un país menos caro que el del Mundial.

Un país que está en problemas, porque su PBI cayó un 3,7 por ciento en 2015, la peor cifra en un cuarto de siglo. Es sabido que a Dilma Rousseff no le gusta el deporte. Ya debió tolerar un Mundial que con gusto habría devuelto, y ahora tiene al Comité Olímpico Internacional (COI) poniendo una lupa más grande de la habitual sobre un país que no sabe si la tendrá como presidenta en agosto. "Sabemos que la actual situación económica y política en Brasil hará más exigentes los últimos preparativos", advirtió recientemente Thomas Bach, presidente del COI. Tras meter el dedo en la...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR