El 'rey de La Salada', un tipo sin suerte

Jorge Castillo, el "rey de La Salada", tiene una mansión en Luján, 10 cajas fuertes repletas de dólares escondidas en las paredes, se movía en la ilegalidad y lo acusan de lavar plata y liderar un Estado paralelo. Lo que no tiene es suerte. Aunque de origen radical, con esos pergaminos en cualquier momento le daban la credencial de socio vitalicio de Unidad Ciudadana, la agrupación despejotizada que acaba de crear Cristina Kirchner.

Se sabe también que es amigo de Guillermo Moreno, que lo llevó a Angola para exportar la fórmula mágica de talleres clandestinos/explotación de personas/reducción a la esclavitud/ropa barata. El kirchnerismo lo veía como un exitoso entrepreneur, prototipo de burguesía nacional y escudo frente al imperialismo textil. Además, sus dominios estaban en el conurbano más postergado, en el que acaba de sentar sus reales Cristina. La cárcel, de la que intentó zafar a los tiros, le pone fin a un futuro promisorio. Estaba para gran aportante a varias campañas y, por qué no, para candidato en alguna lista. Si alguien merecía (y necesitaba) los fueros era él.

¿Estuvo el benemérito Castillo en el estadio de Arsenal durante el lanzamiento de Unidad de Ciudadanos Procesados, como antes había ido al de Martín Lousteau? Desconozco. Habría que mirar bien las fotos. Me fijé y cerca de Aníbal Fernández no estaba. "Mi límite es Aníbal", solía decir.

Ojalá que haya podido ser testigo de ese día histórico. Cristina nos sorprendió a todos con un acto distinto. Por de pronto, no se vistió de reina ni de dama de la alta sociedad. Tuvo que salir a pedir ropa prestada para poder lucir un outfit casual, más propio del lugar y del momento. Una cosa es el corazón de Recoleta, donde vive cuando nos visita, y otra, sumergirse en las profundidades del conurbano, allí donde el diablo pierde el poncho y las abogadas exitosas, sus carteras Louis Vuitton. Personalmente creo que no le queda mal ese disfraz de ciudadana común. Sólo hay que acostumbrarse a verla con pilcha de calle. También fue llamativo que el escenario estuviese a la altura de la gente. Para ella, toda una experiencia de vida. Me gustaría preguntarle qué sintió al estar tan cerca del pueblo. ¿Turismo de aventura, Cris? Pero ojo con las emociones fuertes, el salto a lo desconocido: en los próximos actos deberían rodear el escenario con extras. Sin entrar en gastos excesivos. Un par de bondis más.

Con maldad manifiesta, muchos han dicho que fue una puesta en escena propia de Durán...

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