Para revolucionar la pantalla

A partir de esta noche, y durante 29 entregas más, podrá verse en la pantalla de la TV Pública la adaptación para televisión de Los siete locos, de Roberto Arlt, y su continuación, Los lanzallamas, que realizó Ricardo Piglia y dirigieron Fernando Spiner y Ana Piterbarg. Serán episodios de media hora que se emitirán de martes a viernes, a las 22.30, y que surgieron a partir de un convenio de coproducción entre TV Pública, la Biblioteca Nacional y la productora Nombre.

"Ana y yo encaramos la dirección de esta serie en todos sus aspectos y recorrimos juntos todas las etapas del proceso. La adaptación, los encuentros con Piglia, el trabajo de reflexión sobre la obra, las decisiones sobre todos las cuestiones artísticas, sobre el elenco. Fue una experiencia muy enriquecedora, tanto para nosotros como para la obra que hicimos, porque de esta manera hubo posibilidad de poder reflexionar mucho más y de sumar más miradas a lo que estábamos haciendo", revela Spiner, director de Aballay, el hombre sin miedo. En Los siete locos Arlt relata, desde el punto de vista de Erdosain, uno de los personajes principales, el desarrollo de un plan para cambiar drásticamente el orden mundial, financiando la revolución con el establecimiento de una cadena de prostíbulos.

Los siete locos fue publicada en 1929 y dos años después, en 1931, se conoció Los lanzallamas, cuya materia prima son los mismos personajes y los mismos hechos, en un relato que ilumina aquella historia.

La serie que se verá a partir de hoy toma ambas novelas y las une en un solo relato, que rearma de manera diferente algunos detalles, como la cronología de los hechos, que en la obra de Arlt aparecen algo enrevesados. "En el original de Arlt hay algunos párrafos que no respetan lo que sería una prosa depurada. Me parece que eso responde a una propuesta suya, que la hace explícita en lo que es el prólogo de Los lanzallamas, una especie de manifiesto que propone esa prosa instantánea, a vuelapluma. En la adaptación se unificó y se trató de ordenar un poco esa cronología, que aparece un poco confusa en las dos obras", explica Piterbarg, directora del film Todos tenemos un plan. " Lo que nosotros hicimos es algo en sí mismo, ya que no es la obra de Arlt que está ahí y nadie la va a tocar. Cualquiera puede ir y leerla. Nosotros lo que hicimos fue algo a partir de ella, con mucho respeto, con una humildad muy grande, trabajando mucho, intentando transmitir el mundo que nosotros percibimos que plantea su...

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