La revancha de Cristina contra Macri

A mediados de 2016, poco después de que el gobierno de Macri forzara la renuncia del juez Norberto Oyarbide por acciones y riquezas incompatibles con la función de un magistrado, el entonces ministro de Justicia, Germán Garavano, se reunió con otro juez: Rodolfo CanicobaCorral. Le pidió la renuncia por orden de Macri porque las versiones sobre las prácticas deshonestas del juez eran constantes. El juez se negó a dimitir en una tormentosa reunión con el ministro.Canicoba Corral es el mismo juez que está a punto de ser absuelto en el Consejo de la Magistratura, por obra y gracia del cristinismo, de serias acusaciones sobre enriquecimiento ilícito. No solo Macri y Garavano cuestionaron la integridad moral de ese juez; también lo hizo públicamente el actual presidente, Alberto Fernández. Con semejantes antecedentes, no hay lugar para dos conclusiones, sino para una sola: Canicoba Corral no puede seguir siendo juez. Su destino depende, no obstante, del voto de la diputada Graciela Camaño, que en el Consejo tiene ahora el poder de desempatar entre cristinistas y opositores.Detrás del caso Canicoba Corral se esconde una amplia estrategia de los seguidores de Cristina Kirchner. Y de ella misma. La primera parte de ese plan consiste en exhibir poder para destituir (o para salvar) a jueces. Bastará con un solo caso para disciplinar a muchos jueces. La segunda parte refiere a la necesidad de revancha de la expresidenta. Ella y su familia no solo deben ser liberados de culpa y cargo, sostiene; también los exfuncionarios de Macri (y el propio Macri) deben ser procesados, como le pasó a ella. Ojo por ojo. Olvidó el consejo de Confucio: "Antes de emprender el viaje de la venganza, cava dos tumbas". Una será para el vengador (la vengadora, en este caso).¿Qué tiene que ver Canicoba Corral con esa estrategia? El juez investiga una causa por la prórroga de las concesiones de autopistas que podría terminar con el procesamiento del exministro de Transporte Guillermo Dietrich. Si el juez se esforzara un poco más, a través de Dietrich podría llegar hasta el propio Macri. Es una causa pobre. Pero cualquier cosa sirve. Hubiera sido más preocupante para Macri si ese juez tuviera la causa del Correo. No la tiene. La causa penal por la empresa postal de la familia Macri está en manos del juez Ariel Lijo. Otra causa se tramita en el fuero Civil y Comercial, pero en el despacho de la jueza Marta Cirulli. La fiscal Gabriela Boquín, de Justicia Legítima, es la que impulsa...

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