Restaurar el planeta: del medio ambiente, al ambiente entero

"No queremos medio ambiente, lo queremos entero". La ocurrente demanda, que se multiplicó en miles de feeds durante la Semana del Ambiente que termina hoy, esconde un desafío mayúsculo: hemos saqueado la naturaleza y consumido sus recursos a un punto tal que ya no es suficiente con proteger el planeta. Es necesario restaurarlo.

Algunos datos para dimensionar dónde estamos parados: hasta 1970 nuestra huella ecológica global era menor que el ritmo de regeneración de la Tierra. El problema es que en los últimos 50 años la población mundial se duplicó, superando la capacidad ecológica del planeta de renovar los recursos que extraemos de los ecosistemas. De hecho, según datos de la organización Global Footprint Network, hoy se necesitan 1,6 Tierras para abastecer nuestras necesidades de consumo. Es decir, que usamos un 60% más de recursos de lo que la naturaleza puede regenerar en un año. Para ponerlo en términos más cercanos a la economía vernácula: estamos en default ambiental.

En línea con este nuevo paradigma, el lema de este reciente Día Mundial del Ambiente -jornada promovida por las Naciones Unidas para reflexionar sobre la problemática ambiental- fue precisamente "Reimaginar, recrear, restaurar". Y en la agenda sustentable global ya se habla del comienzo de la década de la restauración ecológica, una crucial misión planetaria para revivir miles de millones de hectáreas, desde bosques y tierras de cultivo, hasta montañas y océanos.

Brotes de esperanza

El director general de Fundación Vida Silvestre, Manuel Jaramillo, sostiene: "Ahora es el momento de detener y revertir la degradación de nuestro planeta a partir de la restauración de ecosistemas y la modificación de nuestros hábitos, porque estamos ante la última oportunidad de prevenir un cambio climático catastrófico. Son objetivos ambiciosos, pero podemos convertirnos en la generación de la restauración".

¿Cuán avanzada está la degradación de los ecosistemas? El estado de los bosques es quizás el caso más gráfico. Según los cálculos de la FAO, cada minuto que pasa el planeta pierde una extensión boscosa equivalente a 40 canchas de fútbol. Son unas 10 millones de hectáreas deforestadas por año. Algo así como dos veces la superficie de Costa Rica.

Por estas latitudes, el llamado Bosque Atlántico, ecorregión que compartimos con Brasil y Paraguay, cubría 1.345.000 km2 inicialmente. En los últimos 40 años fue desapareciendo por la tala, los incendios, la urbanización y la producción agrícola...

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