Réquiem para un bigote

"Te voy a extrañar".

(Del diputado Agustín Rossi, en Instagram, tras afeitarse el bigote)

Corría enero de 2006 (confieso que siempre quise empezar una crónica así). En Santiago del Estero, el termómetro marcaba 45° C y, la térmica, más de 47. Buenos Aires también era un horno, pero un Rolito comparado con aquello. Lo supimos al llamar a Leonel Rodríguez, corresponsal de LA NACION en aquel distrito donde los propios santiagueños juran que las iguanas se escupen las patitas antes de cruzar la ruta en verano.

Encontramos a Leonel abatido. Por el calor, claro, pero el tono de su voz denotaba algo más grave. Estaba por atravesar un duelo inminente. Su acondicionador de aire daba sus últimos estertores. Justo ese día bochornoso, húmedo, asfixiante. El relato telefónico fue tan sentido que le pedimos una nota para el diario, que empezaba así: "Mi aire acondicionado modelo 94, fruto de la convertibilidad, ya no da más. Lo miro y parece que se queja. El agua que le cae en un recipiente son lágrimas de despedida. Parece decirme: ?Ya estoy viejo, chango, comprate uno nuevo, de esos silenciosos; esos sí van a aguantar'". La nota describía otras "tragedias" que venían a sumarse a la muerte del viejo compañero: la heladera vacía, las piletas de los clubes llenas de gente, un informe del diario El Liberal que decía que, debido a la gran demanda, los comercios ya no tenían más splits para vender.

Leonel armó su historia describiendo minuto a minuto el deceso del aparato. Y la culminaba diciendo que, una vez...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR