La Repregunta. Vicente Donato: 'En los 90, Cavallo reconoció que subestimó la importancia de las pequeñas empresas'

"Sería un error lanzar planes de estabilización macroeconómicas que ignoren la estructura productiva de la Argentina y la enorme brecha de productividad entre empresas grandes y pequeñas", alerta. "En los ‘90s, Cavallo reconoció que apuntó todo a la Convertibilidad, que fue bienvenida, y subestimó al sector productivo de las pequeñas empresas . En esos años, creció la economía, sobre todo las grandes empresas, pero hubo alto desempleo en las Pyme", plantea. "En los últimos 10 años, los grandes campeones de la economía del conocimiento, la energía y las materias primas aumentaron la productividad y su participación en la creación de empleo pero no alcanza para cerrar la brecha de pobreza y marginalidad", desarrolla. "No alcanza con el crecimiento de la élite empresarial de la Argentina", insiste.

"Las empresas pequeñas representan cerca del 85% del empleo privado en Argentina, sumando los trabajadores formales e informales", precisa. "Los campeones de la economía son intensivos en recursos humanos súper calificados pero no en los recursos humanos que están en ese mar de marginalidad y de pobreza de los últimos años", explica. "La diferencia de productividad entre empresas grandes y pequeñas es normalmente alta en todo el mundo pero no tan alta como en la Argentina", plantea y agrega: "En Alemania, la brecha es de 10 por ciento y en Italia, de 30 por ciento". "La diferencia de productividad tiene efectos negativos porque todos los costos suben para todos, también las empresas pequeñas, traccionados por los sectores muy productivos", detalla.

"El salario informal, que en general se paga en las empresas pequeñas, es bajo pero no tanto como para compensar la diferencia de productividad", dice. "Hay un enorme problema de rentabilidad de las empresas más chiquitas, poco productivas, pero con costos bastante altos", sostiene. "Por la poca rentabilidad, en los últimos 10 años, desapareció el 10% de las empresas chicas", alerta. "Las que toman gente, la toman en la informalidad", advierte. "La masa de trabajadores de las pequeñas empresas es tremendamente importante porque es la que genera la distribución de la riqueza", subraya y sigue: "Por eso, hoy personas ocupadas no logran sostener la canasta básica familiar". "Una política fiscal uniforme no es para un país que tiene divergencias enormes de productividad, y divergencia crecientes. Todos los países del mundo han hecho políticas tributarias y fiscales diferenciadas por tamaño de empresa", afirma. "El problema es que se suele tratar el tema de la productividad como un tema homogéneo, uniforme, global y no como un problema muy específico de un sector de la economía", analiza.

"Por estos temas estructurales, tenemos una cantidad de empresas cada mil habitantes muy inferior a las registradas en Chile y en Uruguay. En la Argentina, hay entre 14 y 20 empresas cada mil habitantes; en Chile, 50 y en Uruguay, 35″, describe. "La Argentina está vergonzosamente mal en stock de empresas como en natalidad", sintetiza. "La diferencia en acceso al crédito de la Argentina comparado con lo que vemos en Chile o en Uruguay también es enorme", se preocupa. "En economías como las nuestras, nunca los mecanismos son tan eficientes para lograr la redistribución en el resto del sistema de los beneficios de las empresas que crecen", diagnostica. "Nosotros sabemos porque hemos visto los números que las empresas que compiten son empresas que crecen más", reflexiona y plantea: "Pero cuando las diferencias de productividades son gigantes, con la sola competencia no alcanza, eso de poner a las empresas a jugar un partido que es extremadamente difícil". "La política de sustitución de importaciones es cada vez más difícil porque hemos perdido muchos trenes y muchas velocidades", cuestiona. "La dificultad de las Pyme manufactureras para encontrar trabajadores no son los salarios que ofrecen sino la formación de las personas", cree. "Necesitamos que más estudiantes sigan secundarias técnicas. Hay que prestigiar socialmente la educación técnica", propone. "También hay trabajo para la gente de baja calificación", dice.

El experto en economía industrial y desarrollo económico, Vicente Donato , estuvo en La Repregunta . Donato es director ejecutivo de la Fundación Observatorio Pyme . Es doctor en Economía industrial por la Universidad de Bolonia y economista por la Universidad de Buenos Aires. Es investigador del departamento de Ciencia Política y Economía de la Universidad de Bolonia.

La política argentina va en busca de un nuevo milagro, el de transformar planes en trabajo. Ahora, ¿cómo hacerlo? ¿Alcanzan los unicornios o el mundo de las grandes empresas? ¿Cómo hacerlo en un país en el que cada vez hay menos pequeñas y medianas empresas, las que precisamente emplean a las personas de menor calificación laboral? Donato hizo su análisis sobre estas cuestiones. Aquí, la entrevista completa.

¿Unicornios o más empresas pequeñas?

-Las noticias de unicornios tecnológicos que se consolidan en la Argentina, como el caso de Satellogic u otros como Mercado Libre o Despegar, dan la ilusión de que ese es el rumbo para la inclusión en la Argentina. En el caso de la inclusión de los trabajadores menos calificados, que son la mayoría en la Argentina, ¿alcanza con ese desarrollo económico en el vértice superior de una pirámide productiva y económica o hay que pensar en otra base de desarrollo que incluya otra gente?

-Hay que pensar en otra base de desarrollo. Tenemos que tener un diagnóstico más preciso de la situación productiva de la Argentina y la relación que tienen estos distintos segmentos de la industria con el empleo, con la productividad, con la difusión territorial. A veces se dice que este es un país poco productivo pero en realidad, si bajamos un poco más la lupa y miramos cómo está conformado el sector productivo argentino, vamos a ver grandes diferencias. Por un lado, están estos grandes campeones de la economía del conocimiento, de las materias primas, de la energía, que van veloces en los últimos 10 años. Aumentaron la cantidad de empleo, la productividad y su participación en la creación de trabajo del total de la economía. Pero no son la cantidad de puestos de trabajo que necesitamos para cerrar la brecha de pobreza y de marginalidad que tenemos, sobre todo porque estos son sectores muy intensivos en tecnologías, en recursos naturales y en capital pero no son sectores intensivos en trabajo son...

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