La Repregunta. Roberto Gargarella: 'Hicimos crecer exponencialmente los derechos pero el poder sigue concentrado'

Roberto Gargarella, reconocido especialista en derecho constitucional, filosofía política y derechos humanos

"Si no se cambia la organización del poder, los derechos quedan siempre dependientes de la discrecionalidad del poder de concederlos o no", plantea. "Votar enojado o no ir a votar es un acto pleno de racionalidad", afirma. "Me interesa expandir la conversación entre iguales. Es decir, todos los afectados discutiendo. Ése es el horizonte al que ir. El voto no nos da la palabra", argumenta. "Con el voto, estás obligado a suscribir lo que repudiás para impulsar lo que defendés. Ésa es la clave de la extorsión electoral y ocurre siempre en las elecciones porque el voto te quita la palabra. ¿Hay que ir contra el voto? No, hay que sumar otros instrumentos que nos permitan la palabra", explica. "El ideal pleno de la representación plena murió y no se recupera más", sostiene.

Roberto Gargarella, reconocido especialista en derecho constitucional , filosofía política y derechos humanos, con vastísima trayectoria académica, pasó por La Repregunta . Acaba de publicar un nuevo libro, El derecho como una conversación entre iguales. Qué hacer para que las democracias contemporáneas latinoamericanas se abran por fin al diálogo ciudadano . Gargarella es sociólogo y doctor en Derecho por la UBA. También se doctoró en Derecho en la Universidad de Chicago.

¿Otra vez democracias debilitadas en América Latina? Argentina y Chile y la baja participación electoral. El voto y la "extorsión electoral": de Brasil a Argentina. La Constitución del ‘94, "la extorsión de los derechos". Las PASO, ¿mejoran la participación ciudadana o lo contrario? El poder concentrado, el problema estructural. El ausentismo electoral como conducta racional. De esta y otras cuestiones urgentes habló Gargarella en La Repregunta.

Aquí, la entrevista completa.

-El subtítulo de su libro plantea una pregunta: "qué hacer para que las democracias contemporáneas se abran por fin al diálogo ciudadano". Se relaciona con este proceso que se viene dando en la Argentina con una clase política cada vez más lejos de los problemas de la gente y la posibilidad de una baja participación electoral. Por otro lado, está Chile con la crisis de 2019, cuando esa ciudadanía encontró que la clase política ya no la representaba y encaró el camino de una reforma constitucional. Y Brasil, con Bolsonaro que desafía las instituciones y las Fuerza Armadas con peso creciente justificado por la Constitución, según plantean. ¿Una de las explicaciones para la falta de ese diálogo ciudadano se encuentra en una debilidad de la Constitución? ¿Es un problema heredado de Constituciones de otras épocas a la hora de representar a la ciudadanía?

-Lo que ocurrió en Chile, lo que ocurre en Brasil o en Colombia, con cuatro meses de huelga nacional, con la gente en las calles, o en la Argentina con el escepticismo que hay no son fenómenos azarosos y coyunturales vinculados exclusivamente con una clase política corrupta o ignorante. Tiene que tiene también con datos estructurales. Uno de los datos estructurales son las reglas de juego, que incluyen a la Constitución. Yo no creo en la omnipotencia del derecho, con la idea de que lo explica todo y aporta todas las soluciones, pero sí creo que parte de la explicación pasa por ahí. El traje institucional nos quedó muy chico porque la sociedad es completamente otra. Se diseñó un traje institucional para una sociedad que no existe más. En ese sentido, el ideal de la representación plena murió y no se recupera más. Podemos modificar un poquito la Ley de partidos políticos, la del sistema electoral pero ese viejo sueño de la representación completa no está más.

Baja participación electoral y élites desconectadas, ¿un problema de la Constitución?

-¿Por qué no está más?

-Porque no contamos con herramientas para eso y porque las herramientas que tenemos fueron pensadas para una sociedad que era no solamente menor en número sino también más homogénea, dividida en pocos grupos. Hoy vivimos en sociedades esencialmente multiculturales, diversas, con grupos múltiples y heterogéneos. Antes se podía pensar que con representar a algunos grandes propietarios y pequeños propietarios, teníamos a todos representados. Ése es el sueño de la Constitución mixta; así nació el constitucionalismo: la idea de que hay distintos órdenes y todos pueden ser representados, con lo cual el sistema constitucional sirve para tener a toda la sociedad metida adentro de las instituciones.

-¿Esa es la matriz conceptual del siglo XIX en el caso de Argentina?

-En el caso de Argentina, desde el siglo XIX, se asume esa misma pintura. Ese tipo de reglas no sirven más porque las sociedades hoy son completamente diversas y heterogéneas. Si soy obrero y hay un obrero en el Parlamento, no me pueden decir "ya estás representado" porque yo soy mil cosas. Puedo ser gay, vegano, antiabortista. Como puedo ser mil cosas al mismo tiempo, ya no va más esa idea de que somos parte de un grupo y entonces mi esencia es ser obrero o ser gran propietario y alcanza con que haya un obrero o un gran propietario en el Senado para mi representación. Pero además, las herramientas que nos reservaron para el control de los representantes, típicamente el...

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