La Repregunta. Alejandro Rozitchner: 'La política no tiene que ser demasiado central en una sociedad'

El filósofo Alejandro Rozitchner apuesta por pensar el país más allá de la urgencia de la coyuntura

"Estamos en el mejor momento de la civilización, pandemia incluida", sostiene. "Hay una incapacidad de reconocer que el capitalismo es el sistema que ha funcionado", afirma. "La historia no es relevante en cuanto a la orientación del presente. Lo relevante es el deseo y el querer", propone. "Hay gente que piensa la política como un enfrentamiento permanente con alguien a quien hay que derrotar y otro grupo político que piensa la política como una especie de necesaria administración de la sociedad para que funcione. Es decir, quieren hacer cosas. En otros sectores políticos no digo de la Argentina sino en general como concepción de la política, no se trata tanto de hacer cosas sino de tener el poder. ¿Para qué? Para tratar de conjurar un fantasma de incapacidad vital", analiza. "La historia no es relevante para nada en cuanto a la orientación del presente", dice. "A veces, alucinadamente, uno cree que vive la vida del hombre genérico, o de la mujer. O que vive el "yo soy el argentino". No sos el argentino: sos Carlos o sos Esteban. Eso va en desmedro de vivir tu vida e incluso, de hacer tu aporte a lo social", argumenta.

El filósofo Alejandro Roztichner estuvo en La Repregunta . Rozitchner es ensayista y novelista. Es autor de una veintena de libros, algunos de títulos muy sugerentes como A rgentina impotencia. De la producción de crisis a la producción de país . Su último libro es De padres e hijos en el ciclo del tiempo . Fue asesor de Mauricio Macri durante su presidencia.

Con voluntad firme de ir más allá de la coyuntura política y explorar otra manera de pensar los problemas al extremo de esquivar sistemáticamente la mención explícita de cualquier fuerza política o nombre propio, Rozitchner dio su particular mirada sobre el debate en torno al capitalismo, qué es gobernar, la política del desarrollo versus la política de lucha, el deseo como referencia del presente antes que la revisión del pasado, el consenso, la libertad, la pretendida excepcionalidad argentina y la vida versus la política.

Aquí, la entrevista completa.

-Con la pandemia, se instaló la idea de que el capitalismo tiene problemas a partir del parate a la oferta en todo el mundo, los problemas de logística, con el sector privado que desarrolló vacunas pero que no llegan a todos los países y continentes de manera igualitaria. En la Argentina, el presidente Alberto Fernández lleva ese punto a distintos foros. ¿Cuál es su mirada sobre este debate y la cosmovisión argentina del capitalismo?

-Me causa gracia que la primera afirmación sea que el capitalismo tiene problemas como si algo pudiera no tenerlos. Hay algo mal pensado desde el inicio si estamos buscando un sistema a prueba de problemas. No estamos entendiendo que la realidad se comporta siempre problemáticamente. Otro punto de ignorancia en la discusión global respecto del capitalismo es la incapacidad de reconocer que es "el" sistema que ha funcionado. El capitalismo se cuestiona sobre todo desde el punto de vista intelectual. En los hechos, me parece incuestionable. Es una falta de inteligencia no reconocer el logro que significa el capitalismo en términos de la historia humana. El libro de (Johan) Norberg, Progreso , hace una especie de relevamiento minucioso con cifras de cuál es la situación actual de la humanidad en todos los temas relevantes, violencia, alimentación, expectativa de vida, salud, etc. La evidencia es apabullante, incontestable. Estamos en el mejor momento de la civilización por lejos, pandemia incluida. No es opinable: ves las cifras, ves lo que era la vida hace cien años, la cantidad de muertos, de hambre que había en el planeta, de pobreza y en todos lados hubo una mejora increíble.

-El ensayista y psicólogo cognitivo Steven Pinker tiene esa misma posición.

-Pero nosotros seguimos preguntándonos o sintiendo que esto no da para más.

-¿Nosotros, los argentinos?

-No, los argentinos estamos incluidos en el contexto de la occidentalidad o de la humanidad. Norberg también incluye una cita buenísima que dice algo así: "la juventud ya no le da bola a los mayores, nadie nos escucha, los valores se han perdido". Y la cita es del siglo XIII antes de Cristo. ¿Qué revela eso? Que hay una característica estructural de la mirada humana que genera esa sensación de disconformidad o de desconfianza respecto de lo que se está viviendo.

Pasado versus deseo. ¿Cómo imaginar el presente?

-¿Por qué en la Argentina ese debate en torno al capitalismo lo asume el kirchnerismo, el presidente Alberto Fernández o Axel Kicillof?

-Como te anticipé, no me voy a referir a la política coyuntural del momento. Mi deber como intelectual o como filósofo es aportar una mirada de otro orden. Estamos necesariamente presos de la coyuntura porque estamos vivos y nos pasan cosas respecto de estos personajes que mencionás pero debemos, en algún momento, dar el paso y mirar desde otra perspectiva. En general, cuando se abre el campo de consideración en vez de estar encerrado en la coyuntura, te vas para el lado de la historia. Se supone que abrir la consideración es pensar qué pasó antes.

-Aprender del pasado.

-Sí, pero aunque tiene cierta pertinencia, la historia no es relevante para nada en cuanto a la orientación del presente. Lo relevante ahí es el querer, el deseo, no qué pasó antes ni qué va a pasar. Es qué queremos y cómo lo vamos a hacer. Hay que...

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