La reorganización del sector privado

Para alentar la inversión hay que eliminar la actual distorsión de precios relativos

La Argentina necesita reconstruir una economía competitiva, en dónde el sector privado lidere la inversión y la creación de empleo de calidad.

Más allá de ciclos de corto plazo, la tendencia de crecimiento del país ha sido negativa en la última década, y mucho peor cuando se calcula el producto per cápita y se hace cualquier comparación regional y/o global.

Hay que modificar las reglas que rigen la toma de decisiones y darles estabilidad de largo plazo, reconociendo, como ya resaltáramos en notas anteriores, que sin una buena macroeconomía los beneficios sectoriales se vuelven letra muerta o crece la demanda de "blindajes" específicos que favorecen a algunos en detrimento del bienestar general.

Pasando a lo básico: el crecimiento es el resultado de más capital físico (inversión), más y mejor capital humano (trabajo) y un uso más eficiente de ambos (productividad). Los tres componentes necesitan una nueva organización.

Para alentar la inversión hay que eliminar la actual distorsión de precios relativos, en dónde se destaca, en primer lugar, el grave problema de los subsidios a los precios de la energía. Sin normalizar los precios de este sector clave, el resto de los precios seguirá distorsionado.

Por lo tanto, hay que ir rápidamente a precios de mercado y libertad de comercio en las áreas dónde hay competencia, mientras que en los servicios regulados los precios tienen que reflejar los costos eficientes de producción, incluyendo la rentabilidad. Los subsidios focalizados a los sectores más vulnerables tienen que separarse de los precios y formar parte explícita del gasto público.

Siguiendo con el desglose de problemas relacionados con las señales a la inversión, la Argentina necesita reinsertarse en el mundo . Hay que eliminar las restricciones cuantitativas que afectan las exportaciones en todas las actividades y, compatibilizado con el régimen cambiario y bimonetario, facilitar el ingreso de capitales para la inversión real , tanto de extranjeros como de argentinos, el acceso privado al financiamiento internacional y la remesa de utilidades.

Urge reemplazar el kafkiano sistema de importaciones que se hereda, por mecanismos simples y transparentes de licencias automáticas y limitar aquellas no automáticas.

En este contexto, resulta crucial el papel de la Argentina para revitalizar la agenda interna del Mercosur, y el avance de las negociaciones...

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