Renacer: los refugiados se aferran al 'corredor humanitario'

BEIRUT.- May -de cuatro años y medio y jogging rosado- sueña con ir al colegio, algo que hasta ahora jamás pudo hacer. Desde que nació bajo las bombas en las afueras de Homs, en Siria, lo suyo fue sobrevivir deambulando de un campo de refugiados a otro, en el Líbano. "Quiero aprender a leer y a escribir", dice, mientras mira con sus ojos negros que brillan de esperanza.

Gracias a un novedoso "corredor humanitario" puesto en marcha por Italia con el impulso de movimientos cristianos, el sueño de May se hará realidad.

Su familia es una de las 38 -casi todas sirias- que el martes próximo se subirá a un avión de Alitalia en Beirut, capital del Líbano. Desde allí, en tres horas la llevará a Italia, donde comenzará una nueva vida. Las familias habrán evitado así arriesgar sus vidas para alcanzar Europa, embarcándose en uno de los denominados "viajes de la muerte". Y habrán evitado caer en manos de mafias, que con la venta de pasajes en precarias embarcaciones que suelen naufragar en el Mediterráneo lucran con la peor crisis de refugiados de la historia reciente, que sacude en especial a esta parte del mundo.

Con un territorio equivalente a menos de la mitad de la provincia de Tucumán y cinco millones de habitantes, el Líbano hospeda hoy -de mala gana- a cerca de 1.200.000 refugiados sirios, que representan un quinto de su población.

Con un total de 101 personas (la mayoría musulmanes, menos 38 cristianos), entre ellos 40 chicos, el avión comercial al que subirá May será el del segundo "corredor humanitario" abierto por el gobierno italiano en colaboración con la comunidad católica de San Egidio, la Federación de Iglesias Protestantes y la Iglesia Valdense. El 29 de febrero pasado, de hecho, se inauguró este proyecto piloto sin precedente -que se convirtió en un ejemplo para una Europa que levanta muros-, que hizo llegar del Líbano a Italia un primer grupo de 93 sirios, entre ellos 41 chicos.

La mamá de May, Zarifa -33 años, pelo tapado por un pañuelo azul, carácter fuerte y decidido-, se enteró a través de un conocido de la existencia de esta vía de escape ecuménica. Como suelen ser seleccionados núcleos familiares especialmente "vulnerables", de mujeres solas con chicos pequeños, ancianos, discapacitados o con enfermedades graves, Zarifa sabía que podía ser su tabla de salvación. Además de May, que nació en Siria, tuvo a otros dos chicos en el Líbano, donde debió refugiarse en 2012 junto a su marido para no morir debajo de las bombas: Faysal...

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