El relato se deshilachó y ya no permite proyectar nada

mapa comparativo

Así como Gregorio XIII mediante una bula fulminó de un plumazo diez días del almanaque (corría 1582 y al jueves 4 de octubre le siguió el viernes 15), Néstor Kirchner hizo desaparecer un domingo entero. Del año II de la Era Cristina borró el 28 de junio de 2009. Fue el día de su derrota electoral a manos del supermercadista colombiano nacionalizado argentino Francisco de Narváez, un político de corta experiencia a quien secundaba Felipe Solá en una alianza de tres patas, Unión Pro, completada por Mauricio Macri.

A Kirchner aquella derrota, al cabo la única que sufrió en toda su vida, le resultó humillante. Pero no lo amilanó. Él ocupaba el lugar de Victoria Tolosa Paz y perdió por poco más de dos puntos porcentuales, una diferencia apenas mayor que la de ella. A la vez el gobierno nacional fue arrasado en la Capital Federal, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Entre Ríos y, como anteayer, en Santa Cruz, la cuna del kirchnerismo. También como ahora, en 2009 el gobierno había alterado por ley la fecha de las elecciones bajo la creencia de que eso lo favorecería. Solo que en vez de demorarlas por una pandemia las adelantó varios meses con el argumento de la crisis internacional.

La noche de la derrota, Kirchner recién se dejó ver a las dos y cuarto de la mañana . Con gran ampulosidad renunció "en forma indeclinable" a la presidencia del Partido Justicialista, mientras su esposa, la presidenta, minimizaba el resultado. Decía que pérdida de bancas para el oficialismo no habría porque iba a contar con aliados generosos como Pino Solanas. Solanas acababa de dar un batacazo individual en la Capital: había rastrillado por izquierda un voto moral mucho más exitoso (24%), si bien menos antisistema, que el de Milei. Nunca más el gobierno mencionó derrota alguna.

Kirchner tenía una carta en la manga que nadie vio. Apenas si esbozó una estrafalaria teoría de extensión natural de la garantía originaria: "El gobierno fue votado en octubre de 2007; entonces la gente plebiscitó y ratificó el modelo". Pero ¿y el 28 de junio de 2009?, le preguntaron. "Tiene muchas lecturas", respondió. Se dedicó, pues, a "profundizar el modelo": replanteó la relación con los intendentes peronistas (él creía que muchos lo habían ayudado a perder), reasumió campante en el PJ y utilizó aquel infinito semestre que había quedado de yapa hasta el 10 de diciembre con legisladores duplicados para que la mayoría saliente despachara las leyes que a él le importaban. No solo la...

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