El reino de las conspiraciones imaginarias

El imaginario del gobierno de Nicolás Maduro, como antes el de Hugo Chávez, está atestado de supuestos conspiradores: basta con asomar como un rival político capaz de desafiar su hegemonía para convertirse en uno. Ante ese protagonismo del adversario, el oficialismo entra automáticamente en acción en nombre de la defensa de la patria.El historial se puede rastrear a la inhabilitación política de Leopoldo López, uno de los referentes de la renovada oposición venezolana, que en 2008 fue marginado para ejercer cargos públicos por un período de seis años. López acudió como último recurso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que en 2011 falló en su favor. La resolución fue ignorada por los poderes constitucionales de Venezuela, que suelen actuar al unísono, siguiendo el mismo guión escrito en el Palacio de Miraflores.En 2009, por su parte, el ex candidato presidencial Manuel Rosales debió abandonar clandestinamente el país y solicitar asilo político en Perú, después de que se le abriera un proceso judicial acusándolo de enriquecimiento ilícito.El problema mayor, sin embargo, es Henrique Capriles. El actual líder de la oposición pareció quedar fuera de combate después de las elecciones que perdió con Chávez en octubre de 2012. Pero resurgió para la contienda de abril pasado contra Maduro, y el gobierno busca ahora una solución expeditiva que lo ponga en su lugar, mediante la apertura de una investigación penal por "ofender" al Tribunal Supremo, al haber puesto en duda su imparcialidad ante las denuncias de fraude electoral."El tribunal se sintió ofendido, pero lo más curioso es que ni siquiera admitió la demanda de impugnación de los resultados, no estudió el fondo del asunto. En cambio, sanciona a Capriles con una multa y lo somete a una averiguación como posible delincuente", dijo a...