El regreso de Amalia

En horas, cuando la sala principal del Teatro Colón quede gradualmente en penumbras, el mágico languidecer de sus luces no dará paso a la presentación de un eximio de la música ni a ninguna nueva puesta de una ópera célebre. Pero sucederá algo fascinante: un viaje en el tiempo. Esto es así porque hoy, a las 15, se proyectará Amalia, la película que hace un siglo reunió a la elite de entonces en derredor de un proyecto de la Sociedad del Divino Rostro y que con fines benéficos fue exhibida en ese escenario, y se constituyó en una experiencia pionera para el cine argentino.

Será horas antes de la ceremonia de clausura del Bafici como primer y fundamental paso de una compleja tarea que la preservará para las generaciones futuras. El Museo del Cine posee la única copia, si bien incompleta, en 35 mm y virada a diversos colores. Asimismo, existe una versión digital de una reducción a 16 mm en blanco y negro que completa el metraje original. "La que tiene virados de color es esta copia, que resguardó el Museo del Cine, y por suerte nos queda el testimonio colorimétrico de Amalia", confirma Beto Acevedo, de Cinecolor, donde se llevó adelante la preservación del material, que se verá en una copia digital HD. "Además del film, presentamos el programa de mano original, el que se entregó al público aquel día. El film y el programa han recorrido cien años hasta llegar a nosotros", confirma la directora del Museo del Cine, Paula Félix Didier.

Hace poco más de un siglo, Angiolina Astengo de Mitre, viuda de Emilio Mitre y nuera del general Bartolomé Mitre, reunió a gran parte de la alta sociedad de entonces para que colaborara en el proyecto. Solicitó al periodista y dramaturgo Enrique García Velloso la adaptación de la novela de José Mármol y recorrió la ciudad -al igual que García Velloso, que ejercería la dirección y un papel en el film- buscando en préstamo muebles y elementos auténticos de la época rosista. Recordaba Pablo Ducrós Hicken -cuyo nombre lleva hoy el Museo del Cine- la visita del realizador a su casa: "En ese mismo año, y durante los preparativos, sabiendo que mi madre era sobrina de Amalia, vino a vernos en procura de algún retrato de la desdichada heroína, pero hubo que explicarle que si bien José Mármol se había casado con una Amalia (Rubio Molina), nada tenía que ver con la heroína, ficción pura de la imaginación del escritor".

Publicada en el suplemento literario de La Semana de Montevideo en 1851, Amalia fue una de las...

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