El regreso, con afecto compartido

Con su regreso al país, los Pumas culminaron una etapa que se incorpora a los momentos más gloriosos de la historia del seleccionado y que quedará grabada en el corazón de los hinchas. Un camino que se inició en julio, cuando los jugadores realizaron la preparación en Pensacola y que tres meses más tarde terminó con la Argentina cayendo con dignidad ante los poderosos All Blacks en cuartos de final. Nueva Zelanda 2011 ratificó que la Argentina se mantiene a la altura de la elite del rugby mundial, sitial al que accedió tras la medalla de bronce conseguida en Francia 2007. Ahora, el desafío es construir a partir esta base para que, dentro de cuatro años, los elogios lleguen también por el juego, más allá de cualquier resultado.Una vez más, los Pumas se sobrepusieron a todas las adversidades con un inconmensurable amor propio que ya es una marca registrada. Por eso, la satisfacción de haber dejado todo tapa la derrota final. Y esa entrega, esa capacidad de dar el 110% es lo que el hincha argentino valora. Por eso los Pumas tuvieron un apoyo masivo. Por eso tantos argentinos vivieron con los horarios cambiados, confiados en la utopía de vencer a los mejores del mundo. Como dijo el ala Julio Farías: "Fue grandioso haberles jugado de igual a igual a los neozelandeses por 60 minutos".El idilio entre los Pumas y la gente vivió ayer un nuevo capítulo, cuando el plantel vivió un emotivo recibimiento en su arribo al país. Alrededor de 300 hinchas les dieron una cálida bienvenida a sus ídolos. Un prolongado aplauso acompañado de un sentido canto de "¡Pumas, Pumas!" estalló cuando Santiago Phelan y Felipe Contepomi encabezaron el desembarco en Ezeiza. Los jugadores, agradecidos, se prestaron a los pedidos de los hinchas de fotos y autógrafos, dejando atrás el desgaste por el viaje, la diferencia horaria y las secuelas de la batalla de sólo 36 horas antes, cuyos vestigios todavía perduraban en los rostros."La gente se da cuenta de que más allá de que nos vaya bien o mal, uno siempre deja todo en la cancha, y a lo mejor valoran eso", fue la explicación que encontró Patricio Albacete a tan sentida bienvenida. El segunda línea de Toulouse es uno de los baluartes que todavía tienen mucho que aportarle al seleccionado. Martín Scelzo lo resumió con una frase emblemática: "Es la pasión por la nación".A diferencia de lo que sucedió post-2007, este plantel no perderá tantos jugadores. Ésa fue una de las adversidades con las que debió lidiar Phelan cuando se hizo cargo...

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