La región es ahora una oportunidad

El martes pasado, el gobierno de Angela Merkel envió a http://www.lanacion.com.ar/1424908-diez-cosas-que-vale-la-pena-saber-de-rajoy, a través del embajador de España en Berlín, este mensaje: "Esperamos que asuma el mismo día de la victoria los compromisos que demanda la racionalización de la economía española".El triunfador de ayer respondió el viernes. Pidió a los mercados "más de media hora" de tregua para tomar las medidas que exige la crisis. Mientras tanto, como en una postal argentina, sus colaboradores negocian con los de http://www.lanacion.com.ar/1424956-zapatero-dejara-espana-con-una-economia-al-borde-del-abismo una entrega anticipada del poder.Estas urgencias determinan que, por un tiempo cuya magnitud se desconoce, Rajoy no tendrá otra prioridad que la supervivencia económica. Sus relaciones con el mundo, con América latina y con la Argentina serán modeladas por ese imperativo. La política exterior no figuró en la campaña electoral. En el debate con Alfredo Pérez Rubalcaba, Rajoy sólo le dedicó una línea final cuando advirtió que le sobraban dos minutos. La prioridad internacional del nuevo gobierno será Europa, donde se juega su suerte financiera.Sin embargo, es posible que las mismas angustias que lo llevarán a prestar atención a Bruselas y Berlín hagan que Rajoy gire la cabeza hacia el otro lado del Atlántico. En un par de entrevistas adelantó que su cancillería se enfocará en la economía y el comercio, sobre todo con América latina.En esas pistas se justifican los que piensan que el nuevo ministro de Relaciones Exteriores de España podría ser un empresario del perfil de Manuel Pizarro (ex Endesa), César Alierta (Telefónica) o Francisco Louzón (Banco de Santander). Aunque existen opciones más ligadas a la política. Por ejemplo, la de Esperanza Aguirre, presidente de la Comunidad de Madrid, a quien Rajoy podría confiar sus relaciones con el mundo, en una jugada parecida a la que realizó Barack Obama cuando puso al frente del Departamento de Estado a su rival femenina, Hillary Clinton.La pretensión de una apertura externa que se preocupe por los números y mire hacia el Atlántico podría ser más que retórica. España tiene del otro lado del océano una formidable área de reserva, capaz de compensar en algo la entropía europea. Las ganancias ultramarinas de las grandes empresas españolas comienzan a superar a las que obtienen en casa.Si toma ese camino, Rajoy estaría reponiendo la tradición diplomática posfranquista que quedó interrumpida durante...

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