Reforma del sistema de salud: codicia, demagogia y mala praxis

El sistema de salud argentino está en problemas no por su falta de bondades, sino por exceso de mala praxis estatal. Ahora el principal causante de su crisis se ofrece a arreglarlo, con riesgo de romperlo del todo.

Quizás no debiéramos dudar de sus buenas intenciones, pero sí de su capacidad para hacerlo con éxito en esta oportunidad, recordando la frase: "el camino al infierno está lleno de buenas intenciones".

Quienes critican al sistema tienden a no profundizar en los motivos de sus falencias. Por ejemplo, mencionan diferencias de calidad según la geografía. Esto es una cuestión obvia y no solo en salud, sino que también las hay en economía, tecnología, infraestructura, educación, acceso a bienes culturales, entre otras. Hay atraso y poco desarrollo en diferentes provincias, con inequidades, pobreza y postergación en todos los niveles, entre ellos la salud. Me temo que el tema es mucho más complejo de resolver que de describir.

Se habla del fraccionamiento del sistema sanitario -obras sociales públicas, gremiales, prepagas, prestadores nacionales, provinciales, hospitales que arman su propia manera de funcionar y atender a sus afiliados- como una especie de falla de origen, cuando en realidad fue la salida que encontraron las personas para escapar de un servicio degradado, sin calidad ni acceso. Y es que, para entender la problemática actual, debemos saber por qué suceden las cosas: la sociedad, ante la falta de respuesta de un Estado presente pero incapaz, reaccionó con las organizaciones de la comunidad: las obras sociales, las mutuales y las prepagas que vinieron a llenar ese vacío. A esto también se sumaron las provincias, organizando las obras sociales provinciales.

Ahora bien, ¿qué hicieron mientras tanto el Estado, o la política? Se dedicaron en forma caótica y demagógica a complejizar y sumar cargas a estas respuestas organizativas de la gente, contribuyendo a su desestabilización y crisis. A modo de ejemplo, se dictaron más de 70 leyes de coberturas obligatorias sin prever en ningún caso de dónde saldría la plata para atender estas nuevas responsabilidades. No hubo previsiones ni apoyo del Estado para cubrir prestaciones, algunas extra sanitarias como gastos escolares, de transporte y reformas edilicias en casos de discapacidad.

La mayoría de las obras sociales y otros sistemas quedaron tan deteriorados...

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